El síndrome del ojo seco afecta hasta al 20% de la población

Según la Sociedad Española de Superficie Ocular y Córnea (SESOC) , entre el 10% y el 20% de la población padece ojo seco , una dolencia que afecta a la producción de lágrimas y a la superficie ocular. Como explica Julio Maset , médico de Cinfa , "en condiciones normales, cada vez que parpadeamos, nuestros ojos fabrican una película de lágrimas que, gracias a una combinación de capas de composición acuosa, grasa y mucosa, mantiene su superficie suave, lisa y bien lubricada. Pero, si algún factor altera la producción de lágrimas y/o la composición de esta lámina, pueden aparecer inflamación ocular, incomodidad y déficit visual" .

Entre los factores que influyen en la aparición y desarrollo del síndrome del ojo seco, se encuentran la disminución de la secreción lagrimal que tiene lugar con la edad, el uso prolongado de lentes de contacto y la baja frecuencia de parpadeo . Esta puede darse, por ejemplo, cuando se lee o se usan pantallas o dispositivos electrónicos durante periodos largos, así como en puestos de trabajo que requieran alta atención visual.

Asimismo, como añade el experto de Cinfa, "los cambios hormonales como la bajada de andrógenos que experimentan las mujeres en la menopausia, el haberse realizado alguna cirugía ocular -sobre todo, con láser- y la toma de ciertos medicamentos pueden reducir igualmente la secreción lagrimal. También pueden influir en el ojo seco aspectos ambientales como permanecer en entornos con mucho viento o polvo en suspensión o en estancias donde el aire acondicionado o la calefacción estén demasiado altos" .

Por último, algunas alteraciones en el párpado o enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjogren, la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico pueden provocar también un déficit de secreción acuosa.

Sensación de cuerpo extraño en el ojo

El síntoma más característico del síndrome del ojo seco es la sensación de tener un cuerpo extraño o arenilla dentro el ojo, pero también se manifiesta con sequedad ocular -sobre todo al levantarse por las mañanas- y, en ocasiones, dificultad para abrir los ojos en este momento del día. Igualmente, son signos habituales del ojo seco la irritación, el enrojecimiento, el ardor, el picor y escozor y la inflamación de los párpados.

"También puede producirse un mayor lagrimeo -lo que conocemos como ojo lloroso- y se pueden tener dificultades para ver bien, sobre todo, tras pasar un periodo de tiempo prolongado leyendo o frente al ordenador. Igualmente, el uso de las lentes de contacto puede llegar a producir dolor" , señala el doctor Maset.

Excepto cuando lo haya provocado una enfermedad, no existe un tratamiento específico para el síndrome del ojo seco . Pero, aunque no tiene cura, sí es posible controlar sus síntomas y, de este modo, reducir las molestias que ocasiona. Con este fin, "el oftalmólogo puede prescribirnos el uso de lágrimas artificiales, cuya composición imita la de la lágrima natural y, si existiera blefaritis, puede ser necesario llevar a cabo la higiene de los párpados y el borde palpebral aplicando calor local y luego una espuma, gel o toallita específica" , resume el doctor Maset.

Solo en algunos casos, según los expertos, se debe recurrir al uso de colirios, suero y corticoides tópicos y, si persistieran las molestias, podría requerirse la colocación de un pequeño tapón fabricado con material sintético en el punto lagrimal inferior. "Este suele tolerarse sin problemas, no obstante, el mejor remedio al alcance de nuestra mano para lidiar con los síntomas del ojo seco es cuidar nuestra salud ocular en nuestro día a día y tomar precauciones como no frotarnos los ojos con demasiado vigor por las mañanas, no abusar de las lentillas y acordarnos de parpadear, sobre todo cuando estemos delante del ordenador, leyendo o usando nuestro móvil, tableta o libro electrónico" , aconseja el experto de Cinfa.

Consejos para prevenir y controlar los síntomas del ojo seco:

Mantén tus ojos hidratados . Sobre todo, cuando trabajes delante del ordenador, leas o uses tus dispositivos electrónicos, acuérdate de parpadear a menudo. con el fin de mantener la superficie de tus ojos correctamente lubricada. Si aun así sufres sequedad ocular, puedes recurrir a soluciones individuales de lágrima artificial. Y, por supuesto, bebe mucha agua a lo largo del día. Cuídalos al despertarte. Por las mañanas , abre los ojos con precaución y evita frotártelos con demasiada fuerza. Intenta mantener a raya las alergias. Asegúrate de que no te expones en tu hogar a alérgenos que puedan provocarte síntomas oculares. Por ejemplo, en caso de alergia a los ácaros, puedes retirar de las habitaciones los peluches o alfombras y, si la alergia fuera al polen, intenta, dentro de lo posible, no salir cuando haya la concentración de este alérgeno en el ambiente sea elevada. Evita los ambientes calurosos o demasiado secos. En invierno, una buena opción es colocar humidificadores en las estancias de casa. No abuses de la calefacción, así como tampoco del aire acondicionado en verano. No te seques el pelo con secador. El aire caliente que expulsa puede agravar los síntomas del síndrome del ojo seco. No te expongas al viento sin gafas de sol. Opta por modelos de estilo envolvente, ya que protegerán mejor tus ojos y evitarán que se resequen. Conduce con las ventanillas cerradas. De esta manera, reducirás también la exposición de tus ojos al viento y a las corrientes durante tus desplazamientos por carretera. Huye del humo. Tanto del de los cigarrillos como del que produce la contaminación, ya que su presencia puede aumentar la sequedad e irritación del ojo. Ten precaución en el trabajo. Si tu profesión exige una gran atención visual, habla con tu equipo de salud laboral. Ellos te podrán aconsejar acerca de las pautas de prevención más eficaces según los riesgos que conlleve tu puesto. Toma alimentos ricos en ácidos grasos omega-3. Por ejemplo, el pescado azul -como el salmón, las sardinas o las anchoas- constituye una fuente natural de este nutriente, aunque también puedes consultar con tu oftalmólogo la posibilidad de tomar suplementos alimenticios.

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