"La optometría es una profesión sanitaria y, como tal, debería estar en continua formación"

Orduna e-Learning celebra el primer aniversario de su plataforma de formación disruptora para ópticos-optometristas. 12 meses con un balance de 300 alumnos matriculados y a las puertas de una 3ª edición de sus cursos de especialistas universitarios y monográficos.

10/06/2021

Este mes de junio Orduna e-Learning celebra el primer aniversario de su plataforma de formación disruptora para ópticos-optometristas, un proyecto impulsado para conseguir la excelencia de los profesionales de la salud visual de ...

Este mes de junio Orduna e-Learning celebra el primer aniversario de su plataforma de formación disruptora para ópticos-optometristas, un proyecto impulsado para conseguir la excelencia de los profesionales de la salud visual de España y Latinoamérica. En concreto, nace cómo apuesta formativa digital del área de formación creada en 2006, para ofrecer una alternativa docente de postgrado.

Haciendo balance de estos meses, la directora e impulsora de Orduna e-Learning, Begoña Gacimartín, muestra su satisfacción al haber conseguido matricular a más de 300 alumnos y llevar a cabo 13 programas diferentes, de los cuales dos son de especialista universitarios únicos actualmente, y el resto, formación monográfica. En octubre y abril comenzaron las dos primeras ediciones, a las que se sumará en septiembre una tercera. "Hemos pasado algún bache que otro. Nosotros llevábamos haciendo formación muchos años y siempre había sido presencial, aunque la grabáramos. Debido a la pandemia hemos tenido que cambiar algunas fechas de prácticas y parte de los programas, pero el resultado final es que estamos muy contentos", manifiesta.

A propósito del Covid-19 también ha variado la duración de los cursos, que oscilaba entre un solo día y un mes. "Ahora los programas más cortos duran tres meses, que son los monográficos, y los cursos universitarios duran los nueve meses correspondientes", explica.

Anticipándose a lo digital

Si bien continúan combinando la formación presencial con la online, aunque el cara a cara en estos momentos se limitan a las prácticas frente a las ocho horas que impartían antes de la pandemia. En concreto, 80 horas en el caso de los especialistas y entre 24 y 40 horas en los monográficos.

Esto ha supuesto, bajo el punto de vista de Gacimartín una oportunidad. "Yo creo que el hecho de que más del 80% del contenido sea online, facilitando que se puedan matricular desde cualquier parte del mundo sin necesidad de desplazarse, ha permitido que tengamos alumnos de 13 países de Lationamérica, españoles residentes en Inglaterra, Australia e incluso Canadá, y que si quieren hacer el curso solo tengan que venir a Madrid las dos semanas de prácticas". Tal ha sido la aceptación de sus programas en el extranjero que, si se matriculan el suficiente número de alumnos para la tercera edición, es muy probable que vayan a impartir las prácticas presenciales a Colombia, Perú, México o Costa Rica.

En cuanto a la razón de ser de Orduna e-Learning, su directora destaca que "la optimetría es una profesión sanitaria, y como tal, debería estar en continua formación, como sucede en el modelo anglosajón y en otros países". "Hay que reciclarse continuamente porque tratamos con pacientes, y, de hecho, en nuestro modelo, el paciente es el centro de todo", añade.

Asegura que todo gira en torno a él, de tal manera que cualquier profesional "tiene que pensar que es una persona y que debe hacer un abordaje multidisciplinar. Es decir, cuanto tiene una patología ocular lo tiene que tratar el oftalmólogo; después, por ejemplo, si tiene baja visión lo tiene que manejar un optometrista especialista en baja visión; igual que si tiene un problema de miopía lo debe tratar un especialista en el control de la miopía; o acceder a las redes de ayuda en el caso de tener una discapacidad visual". A este tipo de abordaje lo han llamado "disruptor del siglo XXI".

Cuenta que ella es especialista en baja visión desde hace 20 años, y en un momento dado se cruzó en su camino el doctor Carlos Orduna, el co-director. "Vimos que había poca formación en ese momento en patología para el optometrista y para que comprendiera cómo afectaba la función visual y qué solucione se podían aportar desde el punto de vista optométrico dentro de este abordaje multidisciplinar en que nosotros creemos y fomentamos".

Además, agrega, "había un déficit en formación humanística en la parte de la ciencia, o al menos en la ciencia aplicada a la optometría y a la oftalmología".

Por ello, han incorporado a los programas un proyecto que se llama Entornos VUCA, impartido por una filósofa e investigadora. Explica que VUCA es un acrónimo originario de los años 50, cuando el ejército de Estados Unidos lo acuñó para definir las situaciones de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad como la que hemos vivido. "Consideramos que ha sido un acierto, pese a que al principio generó entre los alumnos mucho desconcierto porque no comprendían muy bien qué hacía esto en el curso. No estaban acostumbrados a este tipo de formación, pero ahora están encantados", afirma la experta.la-optimetria-es-una-profesion-sanitaria-y-como-tal-deberia-esta

Programas de calidad y exigencia

Lo que se hace durante todo el año es "desarrollar destrezas transversales, que aprendan a preguntar, a reflexionar, para posteriormente desarrollar un argumentario potente enfocado a cada una de las partes de los cursos, con un manual de mejores prácticas, y, por último, se ha incluido una parte de negocio en la que tienen que desarrollar una propuesta de valor independiente del curso que han realizado", comenta.

Así pues, después de dar clases a más de 1.000 optometristas "nos complace decir, obviamente no solo por nosotros, que hay mucha más formación en el entorno de la óptica y la optometría" que cuando empezaron. Aunque admite que "lógicamente" hay más competencia, pero no la temen porque ofrecen "una formación de calidad". "Cualquiera de los alumnos que se matricule en nuestros cursos va a tener que trabajar un montón, hemos desarrollado una metodología propia, utilizamos los canales de Telegram de comunicación, debatimos artículos, hacemos mucho hincapié en la evidencia científica, y luego extrapolamos todo eso a la práctica clínica", detalla.

En este sentido, la metodología propia que siguen en sus planes de estudio se basa, por ejemplo, en las webinar a las que llaman "distance learning" como consecuencia de la explosión de este tipo de eventos que hubo durante el confinamiento "para que no perdiera valor". Asimismo, aparte de las clases donde se imparten contenido, ofrecen otras a las que denominan in focus, "que son espacios de debate entre nosotros y los alumnos"; así como espacios de más corta duración como son las Ordupills, "que duran cinco minutos", o las microlearnings "que son de 15 minutos". "Y después las prácticas presenciales, las cuales tienen una parte de patología y otra evaluación optométrica especializada", explica.

Por último, destaca que disponen de un programa de becas para cada especialidad y cada monográfico. Esto a nivel general, porque luego también tienen acuerdos con partners privados. "Es decir, nadie se queda sin estudiar si de verdad tiene intención de estudiar", aclara. Y finaliza con una reflexión. "Creo que la pandemia es una buena oportunidad para reinventarnos, y si tuviera que subrayar una frase de e-learning sería formación disruptora. Somos diferentes porque hacemos las cosas distintas, apostando por la excelencia desde caminos poco explorados".

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