Síntomas que deben alertarnos de que tenemos un problema refractivo

Óptica & Audiología Universitaria resalta la importancia de una revisión anual para gozar de una buena salud y el final del verano es el tiempo idóneo para hacerla.

22/09/2022

Un 30% de la población española no revisa nunca su visión y se calcula que unos 6 millones de personas podrían necesitar gafas o lentillas. Son datos extraídos de las dos últimas ediciones del Libro Blanco de la Salud Visual que advierten que rechazar las revisiones periódicas oftalmológicas es un ...

Un 30% de la población española no revisa nunca su visión y se calcula que unos 6 millones de personas podrían necesitar gafas o lentillas. Son datos extraídos de las dos últimas ediciones del Libro Blanco de la Salud Visual que advierten que rechazar las revisiones periódicas oftalmológicas es un problema de salud pública, además de un padecimiento innecesario para quienes sufren molestias oculares. Por eso se aconseja que, después de cada verano, se realice una revisión de la vista, como recomienda Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria.

Se aconseja que con el inicio del curso escolar se realice una revisión a los niños, para poder evitar dificultades en el estudio derivadas de problemas refractivo. Además, se aconseja a los adultos que también aprovechen para realizar un examen visual porque la idea de esperar a ver mal, nunca es la mejor opción. Además, hay ciertas señales que pueden alertar de que tenemos algún problema refractivo y podríamos necesitar el uso de corrección óptica. Óptica & Audiología Universitaria apunta una serie de síntomas que no se deben pasar por alto para cuidar la salud de nuestros ojos.

Cambios en la visión

Muchos problemas oculares suelen ser progresivos. La vista por sí sola se va deteriorando y poco a poco se experimentan cambios que en muchas ocasiones resultan difíciles de percibir o no somos conscientes de ello. Por ejemplo, según detalla Alicia Escuer, podemos empezar a notar la visión borrosa, dificultades para ver de noche, o problemas al leer la letra pequeña o letreros en la calle.

La pérdida de la agudeza visual en la mayoría de los casos se produce de manera progresiva, poco a poco se experimentan cambios que en muchas ocasiones resultan difíciles de percibir o no somos conscientes de ello. Por ejemplo, según detalla Alicia Escuer, podemos empezar a notar dificultades para ver de noche o problemas al leer la letra pequeña o letreros en la calle. "Si empezamos a sentir la necesidad de entrecerrar los ojos o fruncir el ceño, padecer dolores de cabeza o experimentar fatiga ocular. Debemos prestar atención, ya que podrían ser señales claras de que es momento de empezar a usar gafas", enfatiza Escuer.

También hay que estar atentos a otros síntomas que pueden ir a peor con el paso del tiempo. Por ejemplo, perderse al leer o darse cuenta de que nos falta más luz para la lectura. Ver halos de luz en los faros de los coches, las bombillas u otras fuentes de luz, o simplemente destellos de visión doble también son señales suficientes para no demorar más la revisión ocular.

El examen visual será aún más urgente si notamos destellos, vemos moscas volantes, tenemos dolor en los ojos o experimentamos pérdidas de visión repentina. Ningún síntoma, ni los más leves ni los más severos, deben ser menospreciados.

Las principales afecciones oculares

También existen problemas de vista muy comunes, que requieren de gafas o lentillas para su corrección:

  • Hipermetropía. Es un error refractivo que hace que los objetos de cerca aparezcan borrosos mientras no suele repercutir en la visión de lejos. Dificulta cualquier tarea que se realice a una distancia cercana.
  • Miopía. Al revés que la hipermetropía. Se suele mantener una buena visión de cerca, pero ver objetos distantes con claridad es todo un desafío y por lo tanto se necesitan soluciones como las gafas o lentes de contacto para ver con nitidez los objetos situados a una distancia lejana.
  • Presbicia. Se la suele llamar vista cansada. Se produce una pérdida del enfoque de cerca a partir de los 40 años.

El síndrome visual informático

El uso excesivo de dispositivos electrónicos, pantallas, teléfonos, ordenadores, pantallas LED… puede ocasionar fatiga y sequedad ocular, visión borrosa, enrojecimiento de los ojos, sensibilidad a la luz, dolores de cabeza, etc, Todos ellos son síntomas propios del síndrome visual informático, que puede incluso afectar a los niños, y también son una alerta para someterse a una revisión ocular.

No se debe olvidar que es fundamental mantener la buena salud de la vista para evitar consecuencias como dolores de cabeza y otras que pueden dificultar nuestro día a día, puntualizan desde Óptica & Audiología Universitaria.

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