"La adaptación de lentes de contacto, las evaluaciones visuales especializadas y el asesoramiento personalizado permitirán crecer al sector"

Con 23 años de experiencia como óptico optometrista, este mallorquín propietario de la Óptica Florida confía en estos tres puntos para el futuro de la industria.

23/08/2021

Julio Moreno lleva 23 años como óptico optometrista. Una carrera que decidió estudiar porque "combinaba una parte téc­nica y una parte sanitaria" que le enganchó. Durante algunos años ha dirigido una empresa de óptica, con 100 trabajado­res, hasta que hace seis años decidió abrir su propia óptica: Óptica Florida en ...

Julio Moreno lleva 23 años como óptico optometrista. Una carrera que decidió estudiar porque "combinaba una parte téc­nica y una parte sanitaria" que le enganchó. Durante algunos años ha dirigido una empresa de óptica, con 100 trabajado­res, hasta que hace seis años decidió abrir su propia óptica: Óptica Florida en la localidad mallorquina de Inca. "Al principio haciendo lo que todas las ópticas. Gafas, lentillas, gafas de sol, etc. Pero en 2018 inauguramos un centro de Optometría y Terapia Visual junto a la óptica, y ahí empezamos realmente "a cambiar vidas".

En su día a día dedica más tiempo a la optometría y la terapia visual que a la venta de productos ópticos. "Eso quiere decir que paso el día viendo pacientes con diferentes problemas visuales (estrabismos, ojo vago, problemas binoculares o problemas de rendimiento escolar), a los cuales ayudamos mediante herra­mientas optométricas, como las lentes, las oclusiones o la terapia visual". En ese sentido, los clientes lo que más demandan es una buena relación calidad-precio, y, sobre todo, "que cuides su salud visual. En nuestro caso, al tener el centro de Optometría, vienen muchos pacientes preocupados por su visión y que requie­ren cuidados específicos"

Respecto a los cambios sufridos por la profesión en los últimos años, considera que "el mercado se ha dividido entre los clien­tes que quieren moda y buenos precios, y los que vienen deman­dando servicios de visión". Y puntualiza: "Es lógico que a todos les guste verse bien con las gafas, pero es cierto que, en muchos casos, lo que más les importa es que les gradúes bien y que les asesores sobre la mejor solución para su salud visual".

Una salud visual que se ha visto afectada por el impacto del Covid-19, al igual que el día a día en la óptica. Julio Moreno comenta que, "muchas cosas han cambiado en la óptica. Las más importantes aluden a los protocolos de higiene, desinfec­ción y protección tanto del personal como de los clientes". Unos protocolos específicos que incluyen "la desinfección de manos de todos los clientes a la entrada del local, la del personal después de cada cliente, la limpieza con desinfectantes de todos los instru­mentos y maquinaria después de cada paciente y, por supuesto, mascarillas para todo el personal durante todo el tiempo de tra­bajo y obligatoria también para los clientes". Asimismo, añade que "la verdad es que, visto con perspectiva, creo que muchos de esos protocolos han llegado para quedarse, porque parecen co­herentes para evitar contagios de unos clientes a otros de infec­ciones comunes como gripe, afecciones cutáneas, etc."

Más allá de estos protocolos que han venido para quedarse, respecto al futuro del mundo de la óptica Julio cree que "en nuestro caso particular vemos claro que está en la especializa­ción. El mercado tiene tendencia a abaratar los productos cada día más y los márgenes se estrechan, por lo que los servicios co­bran cada vez más importancia en nuestro sector. La adaptación de lentes de contacto, las evaluaciones visuales especializadas, el asesoramiento personalizado son las herramientas que harán que el sector pueda crecer".

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