"Durante la pandemia, los clientes, al no poder salir fuera, han acudido a su propia población a resolver el problema"

Marta Fernández, óptica-optometrista, trabaja en la Óptica Castellbisbal de la provincia de Barcelona. Defiende la supervivencia de los negocios de barrio a través de un buen servicio y una buena profesionalización.

27/08/2021

Marta Fernández Daura de la Óptica Castellbisbal, situada en esta localidad de Barcelona, es una enamorada de su traba­jo. Según ella "nunca me había planteado estudiar esa carrera. Quería estudiar Educación Física". Sin embargo, "algo me hizo cambiar de opinión. Y no me arrepiento de ello. Me apasiona mi trabajo". ...

Marta Fernández Daura de la Óptica Castellbisbal, situada en esta localidad de Barcelona, es una enamorada de su traba­jo. Según ella "nunca me había planteado estudiar esa carrera. Quería estudiar Educación Física". Sin embargo, "algo me hizo cambiar de opinión. Y no me arrepiento de ello. Me apasiona mi trabajo".

Quizás por ello disfruta tanto atendiendo a todo aquel que acude a su óptica. "Mi lema es atender como me gustaría que me atendiesen a mí", señala. Cosa que puede hacer con calma al estar situada en una localidad pequeña. "Como óptica pequeña de pueblo puedo atender a mis pacientes sin límite de tiempo", comenta. Y apostilla: "Son personas y merecen toda mi dedica­ción. Mi trabajo es escuchar sus necesidades y darles la mejor so­lución".

A la pregunta sobre qué es lo que más demandan sus clientes, Marta Fernández lo tiene claro: "De todo un poco", pero básica­mente "soluciones para su visión, lentes de contacto…"

Su óptica se abrió en 1989 y, desde entonces, la profesión ha cambiado. "Mucho", según cuenta Marta Fernández, y añade: "La fidelidad ya casi no existe". Aunque constata que, "en mucha menor cantidad, sigo teniendo clientes que confían en nosotros desde que abrimos hace más de 30 años".

Pero no solo la clientela ha cambiado, sino también la profe­sión. La óptica de Castellbisbal cree que, "ahora, los optometris­tas sabemos mucho más acerca de nuestra profesión. Tocamos muchos más temas y nos hemos especializado, para dar un mejor servicio". Al tiempo que asevera, "la formación constante sigue siendo la clave".

Respecto al Covid-19, Marta Fernández cree que la pandemia ha desembocado en más problemas visuales. Ella comenta, "el confinamiento, con el teletrabajo y con los niños abusando, inevitablemente, de las pantallas ha perjudicado la visión de al­gunos pacientes". Sin embargo, no todo ha sido malo. Para esta optometrista, "a nivel laboral, este sector ha salido reforzado". Su explicación es lógica: "Los clientes, al no poder salir fuera, han acudido a su propia población a resolver el problema. Cosa que no suele ocurrir, desgraciadamente".

Para ella "el mimo al cliente lo da el pequeño comercio" y se atre­ve a decir que "la mejor solución, también". Sin embargo, tiene claro que "eso no parece que sea la tónica habitual de compra".

El futuro lo ve un poco incierto. Por varios motivos. Por un lado, señala "las grandes compañías están cayendo en manos de grandes inversores". Por otro lado, "la digitalización es otro punto clave que debemos afrontar para salir adelante". Además, considera que, "hoy en día, el cliente tiene tanta información que no siempre sabe elegir la mejor solución".

Para Marta Fernández los pequeños comercios "solo podemos combatir y sobrevivir con un buen servicio y una buena profesio­nalización. Y, aun así, será difícil". Pase lo que pase, esta óptica de Castellbisbal lo tiene claro: "Yo no dejaré de luchar por mi bo­nita profesión, desde luego. Llevo toda mi vida dedicada a ella y, cuanto más me formo, más me gusta", señala.

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