Para Elisa Llorens dedicarse al mundo de la óptica era una cosa natural. Su padre es un apasionado y un enamorado de la profesión, y a ella le encantaba estar con él y verle trabajar. Así que decidió ser óptica porque le encanta "el trato con la gente, poder ayudarla ...
Para Elisa Llorens dedicarse al mundo de la óptica era una cosa natural. Su padre es un apasionado y un enamorado de la profesión, y a ella le encantaba estar con él y verle trabajar. Así que decidió ser óptica porque le encanta "el trato con la gente, poder ayudarla a ver mejor y, como no, a que se vean bien, ya que es un complemento que puede cambiar tu imagen".
Elisa Llorens trabaja en la Óptica San Blas de Castellón. Una óptica familiar con 35 años de experiencia, caracterizada según sus palabras por "un trato personal, individual y muy cercano. Siempre buscamos la mejor solución para que se adapte a la necesidad de cada paciente, ya que cada persona tiene distintas demandas visuales y/o económicas". Además, en la óptica "hacemos de todo. Hacemos revisiones visuales, tomamos tensión ocular, tenemos taller propio para montar y reparar, tenemos gabinete de contactología, vendemos líquidos de manteamiento y lágrimas artificiales, gafas de sol y suplementos solares polarizados... e, incluso, hacemos revisiones de audiología y adaptamos todo tipo de audífonos. Con lo que cada día es diferente, pero muy gratificante".
Últimamente por lo que más preguntan sus clientes son por las lentes especiales para la fatiga visual. Ello es debido a que, "hoy en día, casi el 70% de la gente trabaja delante de un dispositivo electrónico. Y esto hace que los ojos se pongan rojos, cansados y fatigados, incluso provocando dolores de cabeza". Con estas lentes "la visión es mucho más nítida que con lentes normales, y no tienes que hacer tanto esfuerzo visual para ver de cerca. Todo esto, junto con un filtro avanzado para protegerte de la luz azul-violeta dañina".
Un problema que se ha agudizado por el Covid-19 y el confinamiento. Como explica Elisa Llorens, "la mayoría de personas han suspendido sus actividades regulares para hacer teletrabajo. Eso significa el aumento de uso de ordenadores, tablets o portátiles, lo cual afecta muchísimo a la salud visual. Mirar a la pantalla sin parpadear genera diferentes afecciones, como ojo seco o fatiga visual. Además, al no estar al aire libre y relajar la acomodación, hace que las personas estén casi siempre mirando objetos cercanos e intermedios, con lo que han notado una pérdida de visión, sobretodo en lejos".
También comenta que "una de las principales vías de entradas del virus son los ojos". Y explica: "Cuando las personas contagiadas estornudan o tosen, esparcen partículas de fluidos infectados, que, si no estás protegido con unas gafas, puedes sufrir contagio al momento, por ello, la importancia de la mascarilla. Por eso, los ojos resultan una vía de contagio muy fácil". Además, añade, "según estudios científicos, se han detectado varios problemas visuales asociados al Covid-19 como ojo rojo, irritación e inflamación de la córnea. Y también el ojo seco, por el uso de las mascarillas, ya que cuando respiramos, expulsamos aire hacia arriba y si la mascarilla no se ajusta bien, puede llegar a los ojos directos, secando directamente la superficie ocular".
¿Y el futuro? Su respuesta es clara: "Cada vez estamos más digitalizados, con una maquinaria mucho más precisa y más tecnológicamente avanzada. Los ópticos optometristas estamos en una continua renovación de formación, ya que, en este mundo sanitario, no te puedes detener y pensar que ya lo sabes todo. No es bueno ni para tu futuro, ni para el de tus pacientes, que confían en ti".