Cristina Muñoz Navarro, óptico optometrista en Alcañiz Ópticos de Valladolid, lleva trabajando desde que acabó la carrera, hace 20 años. Le gusta esta profesión "porque es una carrera que está dirigida a la salud de las personas", señala. "Y porque además, te permite tener un trato con la gente de forma directa", añade.

Su día a día en la óptica es muy diverso. Es lo que tiene trabajar en una óptica independiente. Como explica Cristina Muñoz, "los ópticos que trabajamos aquí dirigimos a las personas desde la graduación y su salud visual, acompañándolos en la decisión de la elección del método más adecuado de corrección, y durante todo el proceso". Para ella es fundamental ayudar a esas personas, que les necesitan, a encontrar una solución a sus problemas. "Y que salgan contentas con nosotros y con nuestro trabajo", detalla.

De hecho, lo que más suelen demandar sus clientes son revisiones visuales. Unas revisiones que, como óptica optometrista, recomienda "que sean frecuentes".

Precisamente, el poder ayudar a la salud visual de las personas es lo que más valora de su profesión. Aunque con algunos matices. Sobre todo, aprecia que sus clientes "valoren y reconozcan el trabajo que hacemos", afirma. Porque en muchas ocasiones algunos pacientes no perciben su trabajo y "no nos dan nuestro sitio", asevera.

En la misma línea, considera que poco a poco se les está dando ese lugar que ocupan en el campo sanitario. De hecho, es uno de los cambios que, por suerte, ha tenido su profesión en los últimos años. Cristina Muñoz cree que "estamos cada vez más reconocidos en el campo sanitario. Aunque, falta mucho por avanzar". Sobre todo, en comunidades como la suya, Castilla y León, donde todavía "falta por mejorar", apostilla.

Lamentablemente, no todos los clientes perciben que los ópticos optometristas desarrollan una labor sanitaria. Como ejemplo, Cristina Muñoz explica que, "con la pandemia se instaló la mascarilla en nuestro ámbito de trabajo, y sigue siendo obligatorio. Un asunto que a muchos clientes se les olvida, porque no consideran que seamos centros sanitarios".

En ese sentido, piensa que en un futuro "la óptica tendría que ir dirigida a separar la venta de gafas y lentes de contacto, de los profesionales que tenemos la formación para corregir la salud visual", afirma. Y se explica: "En mi opinión, la óptica es una Atención Primaria donde los pacientes pueden contar con nosotros. Por tanto, nuestro trabajo tendría que estar en clínicas y en la Seguridad Social". Lamentándose que "actualmente nuestro trabajo lo realizan auxiliares o enfermeras no cualificadas en el tema de la visión".

Sin embargo, más allá de la problemática por las consideraciones sanitarias o no, lo cierto es que agradece los adelantos que su profesión ha desarrollado en los últimos años. "El avance del control de la miopía ha sido exponencial y estamos en ello. La miopía es muy frecuente y los métodos que han salido son efectivos. Pueden frenar la progresión de dicha enfermedad. Como por ejemplo, con lentes de contacto o lentes oftálmicas", afirma.