Hace 36 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 31 de mayo como el Día Mundial Sin Tabaco. En esta fecha se busca concienciar a la población sobre los peligros del tabaco. Además de tratarse de una industria muy contaminante (se necesitan millones de árboles y de litros de agua para fabricar los cigarrillos) afecta de manera directa a la salud de las personas. Cada año mueren 8 millones de personas en el mundo como consecuencia del tabaco y muchas otras desarrollan problemas serios de salud. Hoy Federópticos quiere dar a conocer, en este artículo, los peligros del tabaco para la salud visual.

Repercusión en la salud visual

A pesar de que en los últimos años ha descendido el número de fumadores en nuestro país, todavía un 20% de la población española se declara fumador habitual. Las sustancias que contiene el tabaco son cancerígenas. De hecho, son muchos los tipos de cáncer que se desarrollan y que están directamente relacionados con el tabaco. Los principales son el cáncer de laringe y el de pulmón.

El humo del tabaco afecta especialmente al aparato respiratorio, pero también puede provocar graves problemas en los ojos. Las sustancias químicas que se respiran al fumar, son transportadas por la corriente sanguínea, y repartidas por todo el organismo. En los ojos pueden provocar o empeorar problemas como la DMAE, cataratas, retinopatía diabética y complicaciones en el nervio óptico.

Las personas fumadoras tienen un 40% más de probabilidades de desarrollar cataratas. El Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas explica que la pérdida de visión está relacionada con la disminución de nutrientes y antioxidantes que genera el humo y que son los responsables de mantener la transparencia del cristalino. Cuando este se opaca, se desarrolla visión borrosa y problemas para ver correctamente los colores.

Por otra parte, las personas fumadoras tienen el doble de probabilidades de desarrollar Degeneración Macular asociada a la edad (DMAE). Esta enfermedad es consecuencia de un daño en la mácula que afecta a la visión central impidiendo ver los detalles. Hoy por hoy, esta enfermedad no tiene cura.

En las personas diabéticas, el tabaco aumenta las posibilidades de desarrollar retinopatía diabética. Cuando se dañan los vasos sanguíneos de la retina se produce visión borrosa y distorsionada y puede llegar a desembocar en la pérdida de visión.

El tabaquismo también aumenta los factores de riesgo que favorecen el desarrollo del glaucoma. Se trata de una enfermedad que afecta al nervio óptico, que es el encargado de hacer llegar al cerebro la información que reciben los ojos del exterior. Puede causar ceguera.

Otro de los problemas que puede generar o agravar el tabaco es el ojo seco. La sequedad ocular, derivada de una falta de lágrima o una mala calidad de la misma, provoca enrojecimiento de los ojos, fatiga y dolor ocular.

Prevención y tratamiento

La mejor manera de prevenir los problemas que pueden afectar a la salud visual derivados del tabaco, pasa por dejar de fumar. También es importante ventilar las habitaciones en las que hay humo. Y es que, no solo el humo que inhala el fumador perjudica la salud, también el que se queda en el ambiente. De hecho, los fumadores pasivos también están expuestos a desarrollar problemas serios derivados del tabaco.

Detectar cuanto antes cualquier complicación visual es importante para ponerle remedio, en caso de que lo haya, o evitar que avance. En este punto, las revisiones visuales periódicas juegan un papel muy importante.

En Federópticos, los profesionales realizan revisiones visuales para comprobar el estado de la salud visual. Poder comprobar la visión con datos previos ayuda al profesional a conocer el avance de cualquier problema.