El Hospital de Sant Pau busca voluntarios para un estudio de detección del glaucoma oculto

Para sumarse a la iniciativa, impulsada por el Servicio de Oftalmología del centro, es necesario tener más de 50 años y no haberse realizado una revisión ocular en los últimos dos años. Las pruebas consistirán en un breve cuestionario, una exploración clínica completa, la medición de la presión intraocular y la captación de imágenes del nervio óptico analizadas con inteligencia artificial, y se llevarán a cabo entre el 1 y el 15 de septiembre. La fecha límite para inscribirse es el 30 de agosto.

07/07/2023

Actualmente, el glaucoma constituye la principal causa de ceguera en el mundo. Es totalmente asintomática y, cuando aparecen los primeros signos, ya está en las fases más avanzadas y es irreversible, la pérdida de visión ya no se puede recuperar. No tiene cura, pero es posible ralentizar su progresión. Por ...

Actualmente, el glaucoma constituye la principal causa de ceguera en el mundo. Es totalmente asintomática y, cuando aparecen los primeros signos, ya está en las fases más avanzadas y es irreversible, la pérdida de visión ya no se puede recuperar. No tiene cura, pero es posible ralentizar su progresión. Por este motivo, el Servicio de Oftalmología del Hospital de Sant Pau ha decidido poner en marcha un estudio para el diagnóstico del glaucoma oculto en 1.000 pacientes de más de 50 años que no se hayan revisado su salud visual desde hace 2 años.

El glaucoma forma parte de un grupo de enfermedades que dañan el nervio óptico que conecta la retina con el cerebro y que, por tanto, es crucial para una buena visión. La principal causa es la acumulación de líquido en el glóbulo ocular y la presión que este ejerce sobre el nervio óptico. Otros motivos pueden ser una alta sensibilidad del nervio óptico o algunas enfermedades del sistema circulatorio.

Según los especialistas, las revisiones oftalmológicas periódicas son muy importantes porque "el glaucoma es una patología totalmente asintomática y, cuando presenta síntomas, ya en las fases más avanzadas y es irreversible, la pérdida de visión ya no se puede recuperar. Si bien su progresión es muy lenta, es fundamental detectarla cuanto antes mejor", explica la Dra. Zoraida del Campo, directora del Servicio de Oftalmología de Sant Pau. Y añade que "la presión del ojo es el único factor de riesgo que podemos controlar y modificar y es una prueba muy fácil".

¿Cómo participar en el estudio?

Los requisitos son básicamente dos: ser mayor de 50 años y que hayan pasado dos años desde la última revisión oftalmológica. Según explica el Dr. Jesús Téllez, responsable del Departamento de Glaucoma del Servicio de Oftalmología de Sant Pau, "participar en este estudio es una oportunidad única para contribuir en el avance de la investigación oftalmológica y para cuidar la salud visual, ya que la iniciativa contará con la última tecnología y con un equipo humano altamente cualificado, especializado en el diagnóstico y tratamiento del glaucoma".

Para inscribirse es necesario cumplimentar el formulario disponible en la web https://www.santpau.cat/deteccioglaucoma con los datos de contacto hasta el 30 de agosto de 2023. En unas semanas, los voluntarios recibirán una cita del Hospital de Sant Pau con el día y la hora programados para la visita de estudio.

El día de la cita, deberán acudir presencialmente al Servicio de Oftalmología de Sant Pau. Y todas las visitas a las personas participantes en el estudio se llevará a cabo en el periodo comprendido entre el 1 y el 15 de septiembre.

Análisis de imágenes con IA

En una única visita el Servicio de Oftalmología de Sant Pau, los especialistas realizarán un breve cuestionario y una exploración completa que incluirá la medición de la presión intraocular y la captación de imágenes del nervio óptico para su análisis estructural.

Todas las pruebas realizadas durante el estudio serán indoloras y no invasivas y son las mismas que se realizan en los exámenes rutinarios de pacientes con sospecha o diagnóstico de glaucoma. Como novedad, algunas de las imágenes del nervio óptico se procesarán mediante un programa de inteligencia artificial entrenado en la detección del glaucoma.

La valoración conjunta de todos los resultados obtenidos a partir del estudio permitirá descubrir cualquier indicio de glaucoma no diagnosticado y poder ofrecer el seguimiento y tratamiento adecuados en caso de que sea necesario.

Pioneros en aplicar la última tecnología

Las opciones de tratamiento para regular la presión intraocular y prevenir una mayor progresión del glaucoma son diversas en función de la fase de la enfermedad: la prescripción de fármacos, que básicamente son gotas hipotensoras que el paciente debe administrarse de forma crónica; el tratamiento láser; y los tratamientos quirúrgicos, de menos a más invasivos.

Sant Pau es un centro innovador a la hora de aplicar las técnicas quirúrgicas microinvasivas de última generación: desde la cirugía mínimamente penetrante del glaucoma con dos dispositivos llamados Xen y Preserflo, donde el Hospital ha sido pionero en aplicarlos y cuenta con una gran experiencia; las cirugías clásicas, como la trabeculectomía -creando una vía de salida del humor acuoso desde la cámara anterior del ojo entre la córnea y el iris hasta el espacio subconjuntival o porción anterior del ojo- y la esclerectomía profunda -consistente en una pequeña incisión en la esclera o parte blanca del ojo que facilita el drenaje del humor acuoso-; los dispositivos de drenaje, que realiza desde hace más de 15 años; y los procedimientos ciclo destructivos, que son el último recurso.

Según el Dr. Téllez, "en el ámbito de los dispositivos de drenaje, estamos aplicando la última novedad: el implante de glaucoma PAUL, que es nuestra primera elección en estas cirugías porque aporta un elevado perfil de seguridad. Empezamos a utilizarlo en 2020 y hasta hoy hemos tratado a unos 30 pacientes con glaucoma incontrolable y malos resultados quirúrgicos previos".

El dispositivo PAUL está constituido completamente con silicona de grado médico muy flexible que facilita su implantación y tiene el microtubo más pequeño, con un diámetro interno de tan sólo 0,1 mm, que en el resto de dispositivos de drenaje es de 0,3 mm. "Esto reduce el riesgo de que la presión del ojo baje demasiado, que es una de las complicaciones de estas cirugías".

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