Salud visual: la importancia del cuidado y la prevención

Una buena salud visual se define cuando el sistema visual realiza sus funciones básicas de forma correcta, sin evidencias de enfermedad ni de disfunciones visuales. La vista es la capacidad que tenemos de diferenciar detalles, lo que conocemos como agudeza visual, mientras que la visión es un conjunto de habilidades que van más allá de disponer de una buena vista, como por ejemplo, adaptarnos de manera rápida y eficiente a los cambios de distancia visual, disponer de la capacidad de centrar de manera estable y cómoda lo que miramos o de poder orientarnos en el espacio. Prevenir para que todo siga funcionando correctamente debería ser nuestra prioridad.

30/09/2021

La visión es uno de nuestros sentidos más preciados y, sin embargo, muchas veces no le prestamos la suficiente atención y cuidado. Utilizamos los ojos para mirar y el cerebro para ver: trabajar, descubrir las maravillas del mundo, reconocer a nuestras personas queridas o leer. Pero, no le damos importancia ...

La visión es uno de nuestros sentidos más preciados y, sin embargo, muchas veces no le prestamos la suficiente atención y cuidado. Utilizamos los ojos para mirar y el cerebro para ver: trabajar, descubrir las maravillas del mundo, reconocer a nuestras personas queridas o leer. Pero, no le damos importancia hasta que detectamos algún problema.

Nuestra salud visual debería ser prioritaria para prevenir enfermedades y disfunciones oculares, y más allá de acudir al especialista visual para descubrir y prevenir posibles anomalías, cuidar nuestra visión en nuestro día a día es posible con simples gestos que pueden ayudarnos. Considerar las normas posturales y ergonómicas básicas, recurrir si es necesario al uso de lubricantes oculares, usar las gafas y lentes de contacto de manera adecuada, utilizar la tecnología de forma responsable estableciendo pautas de descanso en la actividad continuada con pantallas y evitar cansar nuestra vista innecesariamente, deberían ayudarnos a disfrutar durante más tiempo de una visión cómoda y saludable

Consejos y prevención

Aunque algunos problemas visuales no tienen fácil prevención, sí que podemos seguir algunos consejos para protegerla mejor y evitar algunas afecciones.

Es importante visitar al óptico optometrista o al oftalmólogo con cierta frecuencia, especialmente si tenemos antecedentes, enfermedades sistémicas o hemos pasado de los 50 años. Frente al problema, el especialista marcará la pauta a seguir y su tratamiento. Muchas patologías de retina como el glaucoma o la degeneración macular en fases incipientes no dan síntomas evidentes de pérdida visual.

Es recomendable, durante la infancia, visitar al especialista al menos una vez, antes de los cuatro años, para comprobar el buen funcionamiento visual del menor. En la adolescencia, lo ideal sería una visita cada año. En los adultos hasta los 40 años, sin sospecha de patologías oculares o de vías ópticas, los intervalos de visitas pueden alargarse hasta los dos años. Mientras que a partir de los 40, edad en la que empiezan los primeros síntomas de vista cansada, por ejemplo, este intervalo debe acortarse, llegando a una visita anual a partir de los 65 años, salvo que la presencia de patología exija un control más frecuente. En cualquier caso, al primer indicio de problema, ya sea de vista borrosa o daño ocular, conviene acudir al especialista para su valoración.

Otro factor preventivo importante es la alimentación. Productos ricos en magnesio, vitamina A y C son fundamentales para una visión saludable.

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