Desde el instituto, José Ramón Martínez Ferris ya se inclinaba por materias de salud. "En concreto, la salud visual me atraía de forma especial, al considerar que la mayoría de información que recibimos del mundo que nos rodea se hace a través de la vista", relata.

Su día a día en Óptica Andorrana de Huesca se centra en "solucionar los problemas visuales de los pacientes que acuden a nuestro centro", afirma. Unos clientes que, "en general, buscan lo mismo que buscamos todos: un trato cercano y amable, una explicación clara de la situación y de las alternativas existentes y, por último, que, como ópticos, les ofrezcamos la mejor solución profesional a su problema visual. Y, si además podemos ofrecerle todo esto al mejor precio, sin disminuir la calidad del servicio, las gafas, las lentes o las lentillas, pues mucho mejor", comenta.

En Óptica Andorrana, "somos especialistas en visión progresiva. Debido a la situación demográfica actual, donde gran parte de la población es mayor de 40 años, la presbicia o la vista cansada dificulta ver bien en todas las distancias. Por ese motivo, son precisos ópticos con experiencia en lentes multifocales, que acierten con las geometrías adecuadas para hacer más fácil y cómoda la adaptación del cliente a sus nuevas lentes progresivas", explica.

Lo que más valora de su profesión es "el darme cuenta de que, con mi trabajo, mejoro vidas", afirma. Para argumentar, "debemos recordar que mejorar la visión de una persona puede ayudarle a superar sus dificultades en los estudios, a leer un libro que le cambie la existencia o a ver un obstáculo a tiempo mientras conduce, evitando así un accidente de coche". Y añade: "Nosotros en ocasiones lo olvidamos. Pero los clientes no. Y eso hace que, por lo general, el cliente que se siente bien asesorado sea muy agradecido. Para mí, como profesional, es muy satisfactorio recibir su agradecimiento. Me llena".

Además, considera que es divertido trabajar en una óptica, ya que, tras más de 20 años de profesión, le ha ocurrido más de una anécdota. "Así por encima, me viene a la memoria aquellos clientes que, verano tras verano, se tienen que hacer gafas nuevas porque una ola traicionera se las ha llevado mar adentro, o aquellos que, durante el examen optométrico, se ponen a leer las letras como si fueran pilotos de avión de una película bélica: Alfa, Charlie, Tango…", explica jocoso.

Respecto a los cambios de la profesión en los últimos años, este óptico optometrista de Huesca considera que "la formación del óptico optometrista ha mejorado mucho. Hoy en día, nuestra formación universitaria brinda conocimientos de alto nivel en anatomía ocular y salud visual, que nos permite, no solo prescribir ayudas visuales como gafas o lentes de contacto, sino también derivar al profesional sanitario correspondiente (oftalmólogo, neurólogo…) a aquellos pacientes que lo precisan".

En el mismo sentido, piensa que "los avances tecnológicos también han supuesto un importante cambio para el sector. Hoy el gabinete de la óptica está dotado de medios de última generación que nos permiten no solo una graduación de la vista mucho más exacta, sino que nos ayudan a prevenir enfermedades visuales tan graves como el glaucoma".

¿Y en el futuro? José Ramón Martínez Ferris cree que "nos encaminamos a afianzarnos como el referente profesional de la salud primaria". Y añade: "Vamos por buen camino. Llevamos años adaptándonos a los nuevos tiempos. Basta con seguir incrementando nuestra profesionalidad, con seguir invirtiendo y aprovechando los avances tecnológicos al servicio de la visión, y con no perder de vista que, el centro de nuestra profesión, son las necesidades de nuestros clientes. Si además seguimos también diversificando nuestra presencia en los distintos centros de salud, ya no solo en óptica, sino también en clínicas, hospitales y en atención e información primaria, nos espera un futuro repleto de retos y esperanzadores proyectos".