Lo que más le gusta de su profesión a Jaume F. Hernández i Pascual, director técnico de Óptica Voramar Benidorm, es que ningún día es igual. "Cada mañana, al abrir la agenda, me pla­nifico el día en función de las citas que tenemos previstas. Intento hacer el trabajo de taller por las mañanas y las adaptaciones o tratamientos de lentes de contacto en horario de tarde", detalla al describir su día a día en el establecimiento.

Óptica Voramar Benidorm abrió sus puertas en el año 2007, por lo tanto, lleva 17 años cuidando de la salud visual de todos sus pacientes. Desde 2016, Jaume F. Hernández i Pascual ocu­pa el cargo de director técnico. En perspectiva, considera que el sector ha cambiado mucho en todo ese periodo. "El primer cambio fue tras la crisis económica de finales de la primera déca­da de siglo XXI. El sector se redujo y solo pudieron seguir adelante los establecimientos ópticos que se adaptaron a la situación de la mayor parte de la ciudadanía". En el caso de Voramar, como óptica independiente, "siempre hemos estado centrados en la salud visual de nuestros pacientes y, para ello, disponemos de la última tecnología tanto en el gabinete optométrico como en el de contactología". El experto cree que este factor "nos ayudó a salir adelante".

Los años posteriores, prosigue, el sector fue mejorando año tras año hasta la pandemia. "El impacto de la pandemia nos ha traído cosas buenas, como por ejemplo el ser reconocidos por fin como establecimientos sanitarios por parte de la ciudadanía; de­sarrollar nuevas formas de comunicar con los pacientes a través de apps y redes sociales, o establecer sistemas de cita previa para nuestros pacientes", reflexiona el especialista.

En cuanto a los productos más demandados en el esta­blecimiento, su director técnico explica que son las len­tes progresivas, las lentes de contacto y monturas de gra­duado. Por otro lado, los servicios más demandados son "el asesoramiento para la adaptación de lentes progresivas, ya que somos especialistas en este ámbito, la adaptación de lentes de contacto multifocales y el control de miopía". Asimismo, comenta que el perfil de cliente "es muy variado, ya que somos un negocio cercano". "Tenemos clientes de todas las edades, por lo tanto, con necesidades y gustos muy diferentes, que pueden encontrar en nuestro establecimiento solución a sus demandas visuales y estéticas", asegura.

No obstante, Hernández i Pascual aclara que "tenemos la suerte de contar, además, con clientes que buscan opciones con las que diferenciarse y que no encuentran en otros establecimientos tan fácilmente".

Por todo ello, Óptica Voramar Benidorm es una de las mejores consideradas de la localidad, según las reseñas de los clientes. "Estamos muy satisfechos con la valoración que tenemos", recal­ca su portavoz. En su opinión, la satisfacción de los usuarios se debe a tres razones: "La primera es nuestra atención perso­nalizada; la segunda es la calidad de todos nuestros productos, y la tercera es que la mitad de las marcas de nuestro catálogo de monturas tanto en graduado como en sol las tenemos en exclu­siva".

Por otra parte, Óptica Voramar está muy concienciada con la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático y es por eso que "apostamos por la utilización de monturas eco". Bajo su punto de vista, "tenemos la obligación moral de contribuir, en la medida de lo posible, a la lucha contra el cambio climático, adaptando progresivamente los materiales que utilizamos a las necesidades del planeta, haciéndolos más sostenibles y respetuosos con la salud del medio ambiente y de las personas".

Aparte de la sostenibilidad, el sector afronta otros dos retos. Para el especialista, uno es "el aumento de la miopía en la pobla­ción infantil. Aquí tenemos mucho trabajo, y creo que los ópticos optometristas estamos muy concienciados y preparados para ello". Por otro lado, señala hacia la optometría geriátrica. "Cada vez la esperanza de vida es mayor, y debemos de estar preparados para intentar mejorar la salud visual de estos pacientes más ma­yores", recalca.

Y a modo de conclusión, reivindica el papel del óptico opto­metrista en la Salud pública valenciana, concluyendo que "ya hay algunas compañeras trabajando en la Sanidad pública, pero ese número no es suficiente para absorber la gran demanda que hay y habrá en los próximos años".