Constatan un vínculo entre la gravedad de la estenosis de la arteria carótida interna y la salud de la retina 

Nuevas investigaciones han arrojado más luz sobre la interconexión de la retinopatía diabética proliferativa (PDR) y la estenosis de la arteria carótida interna (ACI). Algunas de estas sugieren que el monitoreo del espesor de la capa de fibras nerviosas de la retina  podría ser vital para evaluar la salud y el riesgo vascular en pacientes con estenosis de la arteria carótida.

30/04/2024

La retinopatía diabética proliferativa (RDP) y la estenosis de la arteria carótida interna (ACI) son afecciones interconectadas con implicaciones para la pérdida grave de la visión. La RDP, una etapa avanzada de la retinopatía diabética, implica disfunción microvascular debido a la hiperglucemia crónica, lo que lleva a frondas neovasculares y un ...

La retinopatía diabética proliferativa (RDP) y la estenosis de la arteria carótida interna (ACI) son afecciones interconectadas con implicaciones para la pérdida grave de la visión. La RDP, una etapa avanzada de la retinopatía diabética, implica disfunción microvascular debido a la hiperglucemia crónica, lo que lleva a frondas neovasculares y un mayor riesgo de complicaciones. La aterosclerosis, acelerada por la diabetes, contribuye al estrechamiento arterial en los vasos carótidos y retinianos, exacerbando los cambios isquémicos en la retina y avanzando la progresión de la RDP. De ahí que comprender la intrincada interacción entre la estenosis RDP e ICA resulta esencial debido a su posible influencia bidireccional.

Al respecto, una nueva investigación realizada por investigadores del Hospital Maryknoll de Corea y publicada en en ´BMC Ophthalmology´, tuvo como objetivo concretar la relación entre estas complicaciones de la diabetes mellitus e identificar posibles factores de riesgo.

Los investigadores realizaron un estudio retrospectivo de 68 pacientes (edad promedio, 62,55 años) diagnosticados con RDP bilateral. Evaluaron la estenosis de la arteria carótida mediante angiografía por tomografía computarizada del cuello y ecografía dúplex carotídea y agruparon a los participantes según tenían estenosis normal (< 50 %; n = 51) o de leve a grave (50 %; n = 17). Asimismo, midieron los espesores de la retina subfoveal, de la capa de fibras nerviosas de la retina (RNFL), de la capa plexiforme interna de las células ganglionares, la densidad de los vasos y el área de la zona avascular foveal mediante OCT y angiografía por OCT.

Los autores de este estudio también informaron diferencias significativas en la hiperlipidemia, el colesterol total y la presión ocular entre los grupos, pero no diferencias significativas en el grosor de la retina subfoveal, la densidad de los vasos centrales, el grosor promedio de la capa plexiforme interna de células ganglionares y el grosor de la RNFL superior, nasal e inferior.

A pesar de algunas limitaciones, los hallazgos remarcan la necesidad de realizar más investigaciones para establecer el papel del grosor de la capa de fibras nerviosas de la retina en el manejo y la mejora de los resultados de los pacientes con estenosis de la arteria carótida

"Estas alteraciones subrayan la necesidad de una evaluación de la arteria carótida en pacientes con retinopatía diabética proliferativa, lo que sugiere un vínculo entre la estenosis de la arteria carótida interna, los cambios en el flujo sanguíneo y la salud de la retina", señalaron los investigadores en su estudio. "El monitoreo del espesor de la capa de fibras nerviosas de la retina  podría ser vital para evaluar la salud y el riesgo vascular en pacientes con estenosis de la arteria carótida, ofreciendo un biomarcador potencial para una intervención temprana para prevenir eventos cerebrovasculares", concluyeron.

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