Con la vuelta al cole, los expertos en audición recuerdan la importancia de prestar especial atención a algunos signos que puedan alertarnos de posibles casos de pérdida auditiva en las aulas, como la falta de atención, las dificultades para relacionarse con otros niños y algunos comportamientos disruptivos. Helena Arroyo, logopeda en el ...
Con la vuelta al cole, los expertos en audición recuerdan la importancia de prestar especial atención a algunos signos que puedan alertarnos de posibles casos de pérdida auditiva en las aulas, como la falta de atención, las dificultades para relacionarse con otros niños y algunos comportamientos disruptivos.
Helena Arroyo, logopeda en el Hospital Universitario La Paz (Madrid), señala que, "aunque no hay signos claramente definidos, los niños que presentan pérdida auditiva no diagnosticada pueden manifestar dificultades de atención en el aula o mucha dispersión en situaciones escolares. Podemos encontrarnos ante niños muy inquietos o extremadamente pasivos y poco colaboradores en el aula. Estos pequeños también pueden presentar conductas que dificultan el buen desarrollo de la clase o de las rutinas cotidianas de un aula y, también, existen casos en los que los niños se esfuerzan mucho en clase y en las tareas y, sin embargo, al final no se reflejan los frutos de este esfuerzo en los resultados académicos".
"Los problemas de audición pueden ser la causa del fracaso escolar de muchos pequeños, incluso aunque sea una pérdida auditiva leve. Si no detectamos el problema a tiempo este tipo de alteraciones podría dificultar uno de los principales canales para el aprendizaje. El motivo es que los alumnos con pérdida auditiva no pueden escuchar bien las clases y pierden la concentración y, lo que es aún más importante, la motivación para seguir la lección", explica Julio Rodrigo Dacosta, director general de MED-EL España y Portugal.
"Según la etapa educativa en la que se encuentre el niño con pérdida auditiva, la influencia se verá, en mayor medida, en la adquisición del lenguaje oral, del lenguaje escrito y en el desarrollo de las habilidades de estudio, entre otras implicaciones de gran importancia", subraya Helena Arroyo.
Por todo ello, "conseguir un diagnóstico precoz es fundamental, independientemente de la etapa educativa en la que se encuentre el niño. La pérdida auditiva no diagnosticada ni tratada influye negativamente en la percepción del entorno sonoro de un niño, con toda la información que esto conlleva. Pero, sobre todo, lo que implica es la baja percepción de lenguaje oral de forma óptima, lo que puede repercutir muy negativamente en sus aprendizajes y su relación con el entorno, siendo ambos esenciales para la evolución cognitiva de los niños", explica la experta.
Coordinación entre familias, centros educativos y profesionales sanitarios
"La coordinación entre familiares, centros educativos y profesionales sanitarios es un aspecto clave en estos casos. Por su parte, los profesionales que trabajan en la educación de los niños tienen un amplio conocimiento de la evolución infantil, por lo que tienen herramientas para poder observar, detectar y analizar aquellas situaciones que se alejen en mayor o menor medida de este desarrollo natural. Quienes trabajan en el aula y en la formación de los niños son grandes aliados para informar a las familias y para aportar información muy valiosa a los profesionales que trabajamos con la pérdida auditiva en el ámbito sanitario", sostiene Helena Arroyo.
A partir de ahí, "el papel de los otorrinos es esencial para el diagnóstico y el tratamiento de la pérdida auditiva. Así, es necesario conocer en qué punto de la vía auditiva (oído externo, medio o interno) se encuentra la lesión que produce esta pérdida auditiva para determinar el mejor tratamiento posible para solventar las dificultades", añade la especialista.
Signos de alarma de pérdida auditiva en el aula
La logopeda, junto con MED-EL, compañía líder en implantes auditivos, señala algunos comportamientos que pueden facilitar la detección de casos de pérdida auditiva en el aula:
Por último, es muy importante recordar a toda la población que la pérdida auditiva, antes de tratarla, siempre es mejor prevenirla. Es recomendable evitar que los niños estén expuestos a ruidos de elevada intensidad -más de 80 dB-. Además, "siempre será necesario visitar a su especialista en otorrinolaringología de forma regular y, especialmente, ante cualquier sospecha de pérdida auditiva", concluye Julio Rodrigo.