"Si no se reinvierte en el negocio, no se puede ofrecer el mejor servicio"

Ángel Óptico nació en el año 1994 con el propósito de ser un centro diferente en el mundo de la óptica y optometría en Zamora. Equipado con la mejor tecnología del momento, su deseo siempre ha sido dar un mayor servicio a sus clientes. en 2017, dio un paso más para ofrecer asesoramiento multidisciplinar, trasladando la óptica a un local de dos plantas en una calle céntrica de la ciudad. Desde allí, sigue atrayendo nuevos clientes con su profesionalidad, formación, entusiasmo y comprensión.

09/12/2021

Ángel Viñas Barba es óptico-optometrista y la cara visible, junto a su hija Sara Viñas, de Ángel Óptico, en Zamora. Ya desde pequeño, estuvo en contacto con el mundo de la óptica, a través de su padre, que era óptico y trabajaba como técnico de taller en una óptica de ...

Ángel Viñas Barba es óptico-optometrista y la cara visible, junto a su hija Sara Viñas, de Ángel Óptico, en Zamora. Ya desde pequeño, estuvo en contacto con el mundo de la óptica, a través de su padre, que era óptico y trabajaba como técnico de taller en una óptica de la ciudad. "Me gustaba estar con él en el taller viendo como cortaba, tallaba y montaba las lentes", recuerda. Así que no es de extrañar que a los 13 años ya tuviera claro su futuro laboral.

Una vez terminados sus estudios, Ángel Viñas trabajó durante un año en Valladolid, pero regresó a Zamora donde su padre abrió Óptica Viñas alcanzando el sueño de su vida. "Después de trabajar mucho y asentar el funcionamiento de esta óptica, decidí empezar de nuevo y, en solitario, abrir Ángel Óptico en 1994", explica. Fue una etapa dura, rememora. "Junto con mi mujer, una auxiliar en ventas y un auxiliar de taller, iniciamos esta nueva andadura complicada, como en todos los negocios, por los gastos que implicaban". Pasaron los años, y fue aumentando la calidad de los exámenes visuales de tal forma que "se creó un vínculo muy importante entre el gabinete y las prestaciones que se ofrecían en la óptica y, sobre todo, el trato hacia el paciente".

Ángel Óptico es, por tanto, la historia familiar y la consecución de unos sueños. Poco a poco, el centro ha ido incorporando la tecnología más avanzada del mercado. "Siempre he pensado que, gran parte de los beneficios que se obtienen, se deben invertir en el propio negocio y tratar así de ser punteros". Actualmente, el negocio de Ángel Óptico está más que consolidado en la ciudad y los zamoranos confían en su manera de trabajar y en los medios que usan. Por ejemplo, la colección de gafas está cuidadosamente elegida, son "novedosas y de alta calidad, válidas para todo tipo de público".

Asimismo, tecnológicamente, esta óptica sigue invirtiendo en los últimos instrumentos a la vanguardia de la optometría. "Primero, nos hicimos con un retinógrafo, siendo el primero en Zamora; y, posteriormente, un OCT de tomografía de la retina, siendo, hoy día, el único que hay en este tipo de centros en Zamora y de los primeros en una óptica de Castilla y León", argumenta orgulloso Ángel Viñas. Gracias a este esfuerzo, Ángel Óptico recibió, en 2018, el premio Mercurio de la Cámara de Comercio de Zamora como empresa innovadora y actualizada; y, en 2020, el galardón Comercio de Cercanía y Tradicional en Castilla y León, otorgado por la Junta de la Comunidad.

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