Aunque el consumo de tabaco ha disminuido progresivamente en las últimas décadas, todavía una de cada cuatro personas en España fuma diariamente. El tabaco afecta a prácticamente todos los órganos del cuerpo y el ojo no es la excepción. Entre las muchas sustancias que contiene el tabaco, los especialistas de Miranza destacan el ...
Aunque el consumo de tabaco ha disminuido progresivamente en las últimas décadas, todavía una de cada cuatro personas en España fuma diariamente. El tabaco afecta a prácticamente todos los órganos del cuerpo y el ojo no es la excepción.
Entre las muchas sustancias que contiene el tabaco, los especialistas de Miranza destacan el monóxido de carbono y la nicotina, por ser particularmente dañinas para los ojos. El monóxido de carbono disminuye la capacidad de transportar el oxígeno a los ojos, debilitando los tejidos oculares, mientras que la nicotina contrae los vasos sanguíneos del ojo, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades graves de la vista.
El Dr. Mariano Rodríguez, oftalmólogo especialista en retina en Miranza en Cádiz y Jerez, advierte de que "el hábito de fumar puede conllevar al desarrollo, progresión y gravedad de diversas enfermedades oculares por lo que el mejor consejo para cuidar la salud ocular de los fumadores es evitar o, en el mejor de los casos, dejar atrás esta práctica".
Además, el consumo de tabaco también contribuye al envejecimiento prematuro de la piel, afectando la producción de colágeno y elastina. La Dra. Constanza Barrancos, oftalmóloga especialista oculoplastia y estética de la mirada en Miranza en Madrid, explica que "esta diminución de componentes esenciales para la piel conlleva a la generación de arrugas y flacidez en la zona de los párpados, pudiendo llegar a afectar la visión en los casos más graves".
4 enfermedades oculares asociadas al tabaco
Los especialistas de Miranza hacen referencia a cuatro problemas de visión que pueden verse afectados por el consumo de tabaco.
Los efectos del tabaco en el embarazo
Fumar durante el embarazo no solo pone en riesgo la salud de la madre, sino también la de su bebé, con hasta cinco veces más probabilidades de contraer meningitis bacteriana, la inflamación de los tejidos que rodean del cerebro, pudiendo provocar infecciones oculares, así como otros problemas visuales.
Además, el tabaquismo durante la fase de gestación aumenta significativamente el riesgo de parto prematuro y con ello la probabilidad de que los niños nacidos antes de las 32 semanas de gestación puedan padecer una pérdida permanente de la visión.