Con la llegada del verano y el aumento del tiempo libre, es habitual que los niños pasen más horas frente a pantallas. Los videojuegos, tabletas y teléfonos móviles suelen convertirse en sus principales compañeros de entretenimiento y ocupan gran parte de su día a día. Sin embargo, el uso prolongado ...
Con la llegada del verano y el aumento del tiempo libre, es habitual que los niños pasen más horas frente a pantallas. Los videojuegos, tabletas y teléfonos móviles suelen convertirse en sus principales compañeros de entretenimiento y ocupan gran parte de su día a día. Sin embargo, el uso prolongado y el esfuerzo continuo de enfoque en distancias cortas, puede alterar los movimientos oculares, afectando el desarrollo visual y favoreciendo algunos problemas.
Según palabras de la doctora Esther Santos, oftalmóloga de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo de Clínica Baviera, "el abuso de dispositivos electrónicos en edades tempranas no solo puede afectar la visión a corto plazo, sino que puede influir en el desarrollo visual del niño. Por lo que es clave equilibrar el tiempo frente a pantallas con actividades que estimulen la vista de manera natural, como jugar al aire libre". Por eso, los expertos recomiendan limitar el tiempo de exposición a este tipo de dispositivos y fomentar al menos dos horas al día actividades al aire libre que favorecen el descanso ocular y ayudan a prevenir estas complicaciones.
Mayor riesgo de sufrir defectos refractivos
Uno de los mayores problemas del uso excesivo de la visión cercana en los niños, como ocurre al usar dispositivos electrónicos durante períodos prolongados, es la posibilidad de desarrollar problemas refractivos o síntomas oculares. Por ejemplo, en el caso de los pacientes miopes o con tendencia a la miopía esta mayor exigencia acomodativa puede acelerar la aparición del defecto o su progresión. Por otro lado, en el caso de pacientes hipermétropes, especialmente en aquellos niños con hipermetropías bajas, comúnmente consideradas fisiológicas y que habitualmente no requieren corrección, esta sobreexigencia acomodativa puede ocasionar la aparición de síntomas, como cefaleas, astenopia (fatiga visual), problemas en el aprendizaje y la concentración. Asimismo, algunos tipos de estrabismos como por ejemplo la insuficiencia de convergencia, pueden controlarse clínicamente y no ocasionar síntomas si se evita el esfuerzo acomodativo y se siguen unas pautas básicas de higiene visual.
Por otra parte, aunque en este caso afectaría a cualquier edad, la larga exposición a las pantallas provoca distintos problemas como sequedad ocular, picores y lagrimeos, visión borrosa o constantes dolores de cabeza, es el llamado síndrome visual informático. Por último, el uso de estos dispositivos, en momentos previos a irse a dormir, puede provocar desordenes en el sueño por los efectos de la exposición a la luz azul.
Recomendaciones para un uso responsable de las pantallas en niños