Jaled es un niño saharaui de 10 años que está pasando el verano en Cáceres, junto a sus padres de acogida, Thomas y Pilar, en el marco del programa 'Vacaciones en Paz'. En Extremadura, Audika colabora activamente con esta iniciativa, realizando a todos los niños que llegan una revisión audiológica completa para detectar ...
Jaled es un niño saharaui de 10 años que está pasando el verano en Cáceres, junto a sus padres de acogida, Thomas y Pilar, en el marco del programa 'Vacaciones en Paz'.
En Extremadura, Audika colabora activamente con esta iniciativa, realizando a todos los niños que llegan una revisión audiológica completa para detectar posibles problemas auditivos y ofrecer soluciones personalizadas. Fue precisamente en esa revisión inicial cuando se confirmó que Jaled padecía una pérdida de audición severa en el oído izquierdo y profunda en el derecho.
Muchas familias extremeñas participan de este programa que, todos los años desde hace ya décadas, permite a los niños saharauis pasar un verano diferente a su realidad en España. Tanto para Jaled, como para Thomas y para Pilar, este es el primer año que participan en la iniciativa.
Sin duda, hay veranos que marcan. Y el de 2025 marcará para siempre la vida de Jaled. El antes y el después tiene fecha y ubicación concretos: Plasencia, lunes, 18 de agosto. Y es que ha sido en ese momento y en ese lugar cuando Jaled ha superado un obstáculo que le venía limitando desde hace mucho: su pérdida de audición.
"Su madre nos lo advirtió", explica Pilar, madre de acogida de Jaled en Cáceres. "Jaled no oye bien y habla diferente a nosotros", cuenta Pilar que le explicó la madre de Jaled por teléfono. "Nosotros lo percibimos enseguida, pues la comunicación con él es menos fluida que con otros niños del programa, y está tardando más en aprender el idioma", continúa Thomas. Añade que Jaled es un niño muy sociable y que busca comunicarse con todo el mundo, pero que incluso cuando se junta con otros niños del programa, que hablan su mismo idioma, a la hora de jugar se nota que no entiende bien lo que le dicen.
A pesar de padecer una importante pérdida de audición, Jaled es un niño "muy listo", destacan sus padres de acogida, que explican que lo que es capaz de oír lo aprende rápido, por lo que consideran que superar este obstáculo le abrirá muchas oportunidades en la vida.
¿Y cuál ha sido finalmente la reacción de Jaled al poder oír bien por primera vez en sus 10 años de vida? Cara de sorpresas y risas han inundado la clínica.
Esta bonita escena ha sido posible gracias a los audífonos donados por Audika que le permitirán a Jaled escuchar sonidos que nunca había percibido, lo que le facilitará superar la barrera del lenguaje, participar más y disfrutar plenamente de los juegos y conversaciones con otros niños. La adaptación la ha llevado a cabo Jorge Mateos, audioprotesista de las clínicas Audika en Cáceres, quien se ha encargado de ajustar el dispositivo a las necesidades específicas de Jaled.
"En Audika nos comprometemos a acompañar a Jaled su proceso de adaptación, con revisiones periódicas, ajustes y mantenimiento de sus audífonos. Incluso cuando regrese a los campamentos de refugiados saharauis", explica Sandra Navarro, responsable de RSC en Audika España. "Llevamos un par de años colaborando con el programa Vacaciones en Paz, revisando la salud auditiva de los pequeños a su llegada derivándoles al especialista si detectamos algún problema en el canal auditivo y ofreciendo una solución si detectamos una pérdida de audición. Mejorando así su comunicación, su aprendizaje y su integración en la vida diaria".
Someter a los niños a este tipo de revisiones, el chequeo completo que les hacen al llegar a España es algo que Pilar considera fundamental: "En el Sáhara no solo no cuentan con estos recursos médicos, sino que ni siquiera disponen de elementos básicos de higiene. Jaled nos ha dicho que en su casa no tiene cepillo de dientes", apunta.
Para Pilar y Thomas este verano, el de 2025, también marcará sus vidas. "No solo es reconfortante ayudar a quien lo necesita, sino que convivir con Jaled nos ha enseñado cosas importantes a las que en nuestra sociedad no damos importancia, como la fuerza de un núcleo familiar o el relacionarnos con personas de todas las edades. Jaled lo hace, tanto en el Sáhara como aquí, y se ve que es un niño feliz", concluyen.