La pérdida auditiva ya no es solo cosa de personas mayores. El uso intensivo de dispositivos de audio, la exposición continua al ruido en entornos urbanos o laborales y la falta de conciencia preventiva están provocando que cada vez más personas jóvenes o de mediana edad sufran problemas de audición sin ...
La pérdida auditiva ya no es solo cosa de personas mayores. El uso intensivo de dispositivos de audio, la exposición continua al ruido en entornos urbanos o laborales y la falta de conciencia preventiva están provocando que cada vez más personas jóvenes o de mediana edad sufran problemas de audición sin saberlo.
Según el estudio EuroTrak España 2023, más de 4 millones de personas conviven con pérdida auditiva, pero más del 60 % no utilizan audífonos. El estigma, la normalización de los síntomas y la falta de revisiones provocan que, en promedio, se tarde entre 7 y 10 años en buscar una solución.
"Estamos viendo cada vez más casos de adultos jóvenes con síntomas de pérdida auditiva leve o moderada que no habían asociado al uso de auriculares, a la exposición a entornos laborales ruidosos sin protección, o a hábitos sociales que implican una exposición prolongada al ruido, como acudir con frecuencia a conciertos, fiestas o locales nocturnos con música elevada. El oído se resiente con el tiempo, y el daño no siempre es reversible", explica Ingrid Rubio, directora de Audiología de Aural Centros Auditivos.
Jóvenes cada vez más expuestos a riesgos auditivos
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 1.000 millones de jóvenes en todo el mundo podrían estar en riesgo de pérdida auditiva debido a hábitos de escucha poco seguros (volúmenes altos, uso prolongado de auriculares, exposición a música en vivo sin protección). El propio organismo advierte que escuchar música a más de 85 dB durante más de 1 hora al día puede generar daños en el oído interno, especialmente si se repite de forma prolongada. Para ponerlo en contexto: 85 dB equivalen aproximadamente al ruido del tráfico intenso o de una motocicleta a pocos metros.
Desde Aural Centros Auditivos advierten que muchos casos de pérdida auditiva no se identifican a tiempo porque no siempre se manifiestan como una "falta de sonido" evidente. En lugar de notar que "oyen menos", muchas personas experimentan síntomas más sutiles y fáciles de normalizar, como fatiga mental, dificultades para seguir conversaciones o molestias en entornos ruidosos. Esto hace que se atribuyan erróneamente a otras causas —como el estrés, la edad o la distracción— y se retrase el diagnóstico durante años.
Algunas de las señales de alerta más habituales son:
La importancia de la detección precoz
Desde Aural recomiendan realizar revisiones auditivas periódicas a partir de los 50 años, o incluso antes si se detectan síntomas, se hace un uso prolongado de auriculares o se trabaja en entornos con ruido constante. Estas evaluaciones son sencillas, no invasivas y pueden marcar una gran diferencia: una detección precoz permite actuar a tiempo, evitando que una pérdida leve evolucione y afecte a la comunicación, la vida social o incluso la salud cognitiva a largo plazo.
Porque escuchar bien no es solo oír: es mantenernos conectados con lo que importa. Si la escuchas, la vida suena bien.