La visión natural y el autocuidado visual protagonizan la 29ª Conferencia Internacional de Visión Holística

Bajo el lema 'Seeing, Being Seen', el evento reunirá a referentes internacionales del coaching visual, la neurociencia y la educación somática para demostrar que es posible mejorar la vista sin depender de gafas ni lentillas. Un evento que invita a ver mejor en un mundo saturado de pantallas, estrés visual y hábitos poco sostenibles.

Estado: Esperando

14/10/2025

Del 21 al 26 de octubre de 2025, Valencia se convertirá en el punto de encuentro internacional de quienes trabajan por una visión más saludable, consciente y natural. La ciudad acogerá la 29ª edición de la Conferencia Internacional de Visión Holística centrada en la mejora visual sin gafas ni lentillas, que reunirá a cientos ...

Del 21 al 26 de octubre de 2025, Valencia se convertirá en el punto de encuentro internacional de quienes trabajan por una visión más saludable, consciente y natural. La ciudad acogerá la 29ª edición de la Conferencia Internacional de Visión Holística centrada en la mejora visual sin gafas ni lentillas, que reunirá a cientos de asistentes.

El lema de esta edición, 'Seeing, Being Seen', refleja un enfoque que va más allá de lo físico: recuperar la vista es también reconectar con uno mismo, con los demás y con el propio propósito vital. En un contexto donde el uso excesivo de pantallas, la luz artificial y el sedentarismo afectan cada vez más a nuestra salud ocular, este evento plantea una alternativa educativa, efectiva y basada en la experiencia.

Entre los ponentes confirmados destacan figuras internacionales como el Dr. Meir Schneider (EE.UU.), pionero en auto-curación visual; la Dra. Ainhoa de Federico (México), profesora universitaria y directora del Centro Internacional de Coaching Visual; el Dr. Ray Gottlieb (EE.UU), optometrista y desarrollador de los métodos de fusión contra la presbicia; la Dra. Lilla Ungváry (Hungría), oftalmóloga especializada en la mejora de la vista de pilotos aeronáuticos; Orit Kruglanski (España), educadora visual y autora de varios best sellers sobre visión natural; y Marina Montiel (España), divulgadora del Método Bates y especialista en vision-hacking. A ellos se suman expertos procedentes de Alemania, Italia, Israel, Turquía, Brasil, Australia o Argentina, entre otros.

Con más de 25 talleres prácticos, el programa incluirá ejercicios visuales basados en neurociencia, técnicas de relajación, yoga ocular, juegos visuales para niños y métodos reconocidos de mejoría visual. Las sesiones están diseñadas tanto para profesionales del sector como para cualquier persona interesada en explorar una alternativa natural al uso permanente de gafas o lentillas.

Uno de los objetivos clave del congreso es dar visibilidad y rigor a la disciplina del coaching visual, un enfoque con décadas de práctica que apuesta por el autocuidado, el entrenamiento visual y la prevención. En palabras de las organizadoras, se trata de "recuperar la responsabilidad sobre nuestra propia visión y profesionalizar un campo con impacto real en la calidad de vida de las personas".

Factores más preocupantes en el aumento de problemas visuales en la población actual

Según la Dra. Ainhoa de Federico HC, directora del Diplomado de Coach Visual y del Centro Internacional de Coaching Visual, Universidad Internacional en Desarrollo Humano y Liderazgo (México) y Universidad de Toulouse (Francia), "los factores son múltiples, están profundamente interrelacionados y se deben a los cambios en el estilo de vida que hemos experimentado en el último siglo y en particular en las últimas dos décadas. La mala noticia es que tenemos un estilo de vida que cada vez nos afecta más a la vista, la buena, que con la información adecuada podemos transformar nuestros hábitos y estilo de vida para tener una visión óptima para toda la vida".

Y prosigue, "entre los que más impactan la vista destacaría el exceso de pantallas y la reducción del movimiento ocular natural; la falta de exposición a la luz natural, el estrés crónico y la tensión ocular; la desconexión cuerpo-mente y la pérdida de hábitos naturales; la medicalización y dependencia de soluciones externas; y factores ambientales y nutricionales".

En este contexto, la experta incide en que se está observando un incremento significativo de casos de miopía, fatiga visual o síndrome visual informático y aceleración de la presbicia en todo el mundo, especialmente en las últimas dos décadas. "Este fenómeno ya se considera un problema de salud pública global por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Internacional de Oftalmología (ICO) y múltiples organismos científicos. Lo atribuyo a los factores mencionados en el apartado anterior".

Principales problemas visuales que se están agravando en la población debido al uso excesivo de pantallas

Como comenta, el uso excesivo de pantallas está generando una auténtica "epidemia funcional" de problemas visuales. "No hablamos solo de defectos ópticos, sino de alteraciones en la función visual, neurológica (atención, memoria, aprendizaje) y postural que afectan la calidad de vida, la concentración, el sueño y el bienestar general.Estos son los principales problemas visuales agravados o desencadenados por el abuso de pantallas, sus mecanismos y las implicaciones para la salud global: miopía y miopía progresiva; fatiga visual digital o síndrome visual informático (SVI); ojo seco informático; espasmos de acomodación y pseudomiopía; alteraciones de la coordinación binocular; fotofobia y sensibilidad a la luz azul; y alteraciones posturales y visuo-vestibulares".

Así, ha insistido en que la luz azul tiene efectos ambivalentes, porque es necesaria en dosis naturales (como la del sol diurno) y en el momento adecuado del día para regular el sistema circadiano y el estado de alerta, pero es perjudicial cuando se recibe de forma artificial, intensa y prolongada (como la emitida por pantallas LED, móviles, tablets y lámparas frías). Sus efectos a corto plazo (días a meses) son: fatiga visual digital, sequedad y malestar ocular; fotofobia o sensibilidad aumentada a la luz; y alteración del sueño y del ritmo circadiano. Y a largo plazo (años): estrés oxidativo retinal, riesgo potencial de degeneración macular asociada a la edad (DMAE), desincronización biológica crónica y envejecimiento ocular precoz. Además, existen múltiples efectos adicionales para la salud general.

Hábitos visuales deben fomentarse en la infancia para prevenir problemas a largo plazo

Según la doctora, desde el punto de vista de la educación visual y del coaching visual, la infancia es el momento más decisivo para establecer los hábitos que determinarán la salud ocular durante la vida. El sistema visual infantil es plástico, adaptable y extraordinariamente sensible a los estímulos del entorno: tanto los beneficiosos (luz natural, movimiento, juego) como los perjudiciales (pantallas, inactividad, estrés visual).

Además, explica que, la luz solar regula el desarrollo del ojo y el ritmo circadiano, por tanto, hay que asegurar un mínimo de dos horas diarias de luz natural –idealmente en juego o actividad física–, evitar la exposición a pantallas en la oscuridad o antes de dormir y mantener iluminación ambiental cálida durante la noche (luces amarillas). Los ojos se desarrollan en coordinación con el cuerpo. El movimiento estimula la percepción espacial, la coordinación ojo-mano y la flexibilidad visual. El exceso de inmovilidad frente a pantallas limita esa integración. Una postura inadecuada también altera la coordinación ojo-cuerpo.

Asimismo, describe que, el ojo necesita variedad de distancias para mantener la flexibilidad del enfoque. El exceso de trabajo cercano sin pausas (pantallas, lectura prolongada) provoca espasmo de acomodación y favorece la miopía. Desde la infancia hay que aplicar la regla 20-20-20: cada 20 minutos de tarea cercana, mirar 20 segundos algo a más de seis metros.

Los niños también desarrollan ojo seco digital si usan pantallas o estudian con concentración excesiva. El parpadeo mantiene la película lagrimal y relaja el sistema visual.

El estrés, la ansiedad o la sobreexigencia escolar también afectan a la visión. Un niño tenso ve peor, se fatiga más rápido y parpadea menos. Es recomendable incluir momentos diarios de respiración consciente, relajación y mirada suave.

El papel de la postura corporal y la movilidad general en la salud ocular, según los enfoques holísticos

Como informa Ainhoa de Federico HC, desde los enfoques holísticos de la visión –como el coaching visual, la optometría funcional, la educación somática–, la postura corporal y la movilidad global no son aspectos secundarios: son elementos fundamentales de la salud ocular. Así, el sistema visual se apoya sobre tres grandes sistemas corporales: el sistema postural y muscular, que sostiene la cabeza y permite la orientación del eje visual; el sistema vestibular, que equilibra la mirada y el movimiento del cuerpo; y el sistema respiratorio y nervioso, que regula la oxigenación y la relajación visual. Y es que, destaca que, cuando el cuerpo está en tensión, encorvado o inmóvil, la función visual se distorsiona: los ojos pierden libertad de movimiento, los músculos oculares trabajan en exceso, la respiración se acorta y la mente entra en modo de alerta. Por el contrario, un cuerpo suelto, respirante y bien alineado favorece una visión estable, relajada y clara.

¿Cómo influye el estrés emocional en la calidad de nuestra visión, y qué técnicas se están utilizando para abordarlo desde la educación visual?

También ha asegurado que, la visión no es solo un fenómeno óptico, sino una función psico-fisiológica que refleja nuestro estado emocional, mental y corporal. "El ojo es una extensión del cerebro. Su funcionamiento depende directamente del sistema nervioso autónomo, que regula la pupila, la acomodación (enfoque) y el movimiento ocular. Cuando una persona vive bajo estrés o tensión emocional crónica, el sistema simpático (de alerta) se activa de forma sostenida. Esto provoca: contracción muscular general y ocular, respiración superficial, disminución del parpadeo, y estrechamiento del campo visual (visión "de túnel").En términos simbólicos y fisiológicos, cuando tenemos miedo, rabia o ansiedad, literalmente "vemos menos": se reduce la percepción periférica, se altera la coordinación binocular y la capacidad de enfoque se vuelve inestable".

Aún queda por hacer

En definitiva, la experta considera que "el sistema de salud actual todavía no está adecuadamente preparado para abordar el impacto visual del entorno digital moderno. Y esto no se debe a falta de buena voluntad por parte de los profesionales, sino a un modelo de atención visual que se ha quedado rezagado frente a los cambios del mundo contemporáneo. Esto se debe a cinco puntos: es un modelo centrado en la corrección, no en la prevención; falta actualización frente al nuevo contexto digital; la educación visual está ausente de los sistemas sanitario y educativo; falta integración interdisciplinaria y hay una necesidad urgente de una "educación visual pública".

Cada vez más profesionales de la salud exploran la medicina integrativa. En este sentido, la Dra considera que la salud ocular podría beneficiarse de una mayor apertura interdisciplinaria: "Estoy convencida de que la salud ocular no solo podría beneficiarse, sino que necesita urgentemente una apertura interdisciplinaria real. El ojo no es un órgano aislado: es una extensión del cerebro y una expresión del sistema nervioso, del cuerpo y de la mente. Cuando entendemos eso, comprendemos por qué la medicina integrativa –que une ciencia, prevención, educación y consciencia– es el camino natural para el futuro de la salud visual".

Y es que, "la educación visual –bien entendida– representa hoy la estrategia más poderosa y sostenible para prevenir los problemas visuales del siglo XXI. Transforma el paradigma tradicional de "esperar a que haya un problema y corregirlo" por el de "entender cómo usamos la vista y prevenir su deterioro". Y prosigue, "integra diversas dimensiones, como la fisiológica –relaja los músculos oculares y regula el enfoque–, la nutricional –cuidando de una alimentación que contenga los nutrientes necesarios para los ojos evitando la toxicidad que los deteriora–, la emocional –libera tensiones que afectan la visión y la percepción–, la neurológica –mejora la atención y la coordinación ojo-cerebro, la luminosa –equilibrando nuevamente la relación entre el ojo, el organismo y la luz natural–, la postural –alinea la mirada con la respiración y el cuerpo– y los hábitos y estilo de vida –incorporando los buenos hábitos en un estilo de vida saludable y sostenible–". En definitiva, "la educación visual no reemplaza la medicina ni la óptica, sino que las complementa desde la raíz enseñando a ver de forma saludable, relajada y dinámica antes de que aparezcan los síntomas. Esa es la esencia del Coaching Visual: devolver a la vista su inteligencia natural y enseñarnos a cuidar la claridad".

¿En qué punto está el rigor a la disciplina del coaching visual? ¿Hay regulaciones o certificaciones oficiales?

Para la profesional, la Visión Natural y la Educación Visual existen como área de investigación y profesión en múltiples países desde hace más de 100 años. "Se trata de un abordaje educativo, no médico, es el equivalente de un coach en salud especializado en el cuidado y la mejora de la vista". Como explica, existen escuelas y asociaciones profesionales en Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Suiza, Italia, España, Argentina o México, que velan por la calidad de la formación profesional, la actualización permanente y el respeto del código ético. Además, organizan congresos nacionales e internacionales y se mantienen en contacto a través de las Conferencias Internacionales de Visión Holística.

"Podemos considerar que Coaching Visual es una disciplina joven, en rápida expansión y que está en proceso de profesionalización y regulación. La formación que requiere debe integrar tres grandes áreas: científica y anatomo-funcional, pedagógica y metodológica y práctica y vivencial.En la actualidad, no existe una regulación internacional unificada del Coaching Visual, como ocurre con otras profesiones emergentes (coaching ontológico, educación somática, etc.). Sin embargo, el Diplomado Universitario de Coach Visual es la primera titulación universitaria oficial con Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios avalado por una Secretaría de Educación Pública (México)", opina.

El futuro del cuidado visual en un mundo cada vez más digital y sedentario

Para ella, el futuro del cuidado visual dependerá de nuestra capacidad de integrar ciencia, educación, conciencia y buenos hábitos visuales en un marco de estilo de vida saludable. "Los nuevos retos a los que nos exponemos en un mundo hipervisual y sedentario están ligados a que vivimos en una civilización donde los ojos están sobreexpuestos y el cuerpo infrautilizado. Si no cambiamos nuestra conciencia, hábitos y estilo de vida, en los próximos años veremos un aumento sostenido de miopía infantil y juvenil (ya considerada epidemia global); fatiga visual digital en adultos de todas las edades; ojo seco crónico debido al uso intensivo de pantallas y ambientes cerrados; presbicia anticipada –cuando hace 30 años era común a los 50 años de edad, actualmente ya es común a los 35-38 años–; y desajustes posturales y visuo-vestibulares, consecuencia de la inmovilidad y el exceso de enfoque cercano". E insiste en que, "si no cambiamos el modelo, según la OMS para 2050 y según otras proyecciones para el 2030, más del 50% de la población mundial necesitará compensación visual constante con gafas –con un coste sanitario y social enorme y totalmente innecesario cuando ya existe la investigación científica que fundamenta la educación y el coaching visual–. Por tanto, el futuro del cuidado visual no será solo óptico ni quirúrgico, sino educativo, neurofuncional y preventivo. Integrará: medicina y optometría científica, para diagnóstico, tratamientos médicos, cirugía y lentes de compensación; educación y coaching visual, para enseñar hábitos saludables desde la infancia y a todas las edades para disfrutar de una visión óptima para toda la vida; tecnología inteligente, para monitorizar y optimizar la función visual sin reemplazarla; y acompañamiento humano, para reconectar la visión con el cuerpo, la emoción y la atención".

No obstante, cree que en los próximos años veremos una mayor colaboración entre oftalmólogos y profesionales de la visión natural o educadores visuales: "Considero que esa colaboración es inevitable y profundamente necesaria, al igual que en otros sectores existen colaboraciones entre traumatólogos, fisioterapeutas, osteópatas, masajistas deportivos y otros profesionales del trabajo corporal.Como profesora universitaria, investigadora en visión natural y directora del Centro Internacional de Coaching Visual, observo cada año más profesionales de la salud ocular –oftalmólogos, optometristas, fisioterapeutas y psicólogos– que se acercan con auténtico interés por integrar enfoques educativos y preventivos en su práctica del cuidado de los ojos y la vista y vienen a formarse como coaches visuales y a ser parte de nuestro proyecto educativo y preventivo.

Estamos viviendo un momento de convergencia histórica: la ciencia médica, la educación visual y la salud integrativa comienzan a encontrarse en un terreno común donde la persona –no solo el ojo– está en el centro del cuidado".


Autor: IM Ópticas
Publicidad