La hipermetropía infantil afecta al rendimiento escolar

Aunque ver bien de lejos no significa tener buena visión, muchos niños comienzan el curso sin una revisión visual adecuada. El defecto refractivo, común pero poco evidente, puede provocar fatiga, falta de atención y bajo rendimiento escolar. Los expertos insisten en revisar la vista a partir de los tres años para prevenir complicaciones a largo plazo.

Estado: Esperando

16/10/2025

Durante los preparativos de la vuelta al cole, muchas familias se centran en el material escolar, la ropa o las actividades extraescolares, pero olvidan un aspecto clave para el aprendizaje: la salud visual. Uno de los trastornos más comunes y que puede pasar más desapercibido en los niños es la ...

Durante los preparativos de la vuelta al cole, muchas familias se centran en el material escolar, la ropa o las actividades extraescolares, pero olvidan un aspecto clave para el aprendizaje: la salud visual. Uno de los trastornos más comunes y que puede pasar más desapercibido en los niños es la hipermetropía, ya que este defecto refractivo, en muchas ocasiones no se acompaña de una mala visión.

"La vuelta al cole es el momento idóneo para revisar la vista de los más pequeños y garantizar un buen rendimiento escolar", explica Alicia Escuer, directora técnica y de formación de Óptica & Audiología Universitaria. "Durante los primeros años de vida se desarrolla la máxima capacidad visual que tendremos en toda la vida".

Mientras la miopía o el astigmatismo son más fácilmente detectables al quejarse el menor de no ver bien, la hipermetropía suele subestimarse. Los niños con hipermetropía sin corregir pueden presentar: dificultad en la lectura y seguimiento de los textos, fatiga visual o dolor de cabeza, bajo rendimiento en tareas escolares y menor atención, lo que a menudo se confunde con desinterés por los estudios. Un niño hipermétrope al realizar las tareas de cerca, sus ojos deben realizar un esfuerzo constante para poder enfocar y ver bien, lo que da lugar a la sintomatología citada anteriormente.

Un estudio presentado por el grupo VIP-HIP (Visión en preescolares-hipermetropía en preescolares) en un encuentro de la Association for Research in Vision and Ohthalmology en Florida (EEUU) mostró una diferencia total de -4.3 puntos entre las pruebas realizadas por hipermétropes y emétropes, evidenciando peor rendimiento en los niños hipermétropes sin corregir. El estudio analizó a 492 niños en edad preescolar que nunca habían utilizado gafas y de los cuales 244 eran hipermétropes.

Según el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) se estima que el 30% del fracaso escolar está relacionado con alteraciones de la visión no diagnosticadas, siendo la hipermetropía una de las afecciones principales.

Todos los niños nacen con cierto grado de hipermetropía, que suele corregirse de forma natural a medida que el ojo crece. Sin embargo, cuando ese desarrollo es insuficiente, el problema puede mantenerse y afectar al aprendizaje. Por lo que es importante que estemos atentos a los signos más comunes como: bajo rendimiento escolar, falta de atención, posturas extrañas al leer, sensibilidad a la luz o molestias oculares. Por eso, los expertos recomiendan una revisión anual a partir de los tres años, ya que detectar la hipermetropía a tiempo permite prevenir complicaciones como estrabismo o ambliopía.

Existe consenso científico actual sobre la necesidad de controles visuales en edades tempranas para prevenir el fracaso escolar derivado de errores refractivos como la hipermetropía.

Para facilitar la corrección visual infantil, Óptica & Audiología Universitaria ofrece soluciones específicas para niños y bebés, con lentes graduadas y gafas de sol adaptadas. Además, dispone de un seguro infantil que permite cambiar los cristales sin coste adicional durante un año si es necesario ajustar la graduación, hasta los 12 años.

Porque una buena visión no solo mejora el bienestar, también es clave para el éxito escolar y el desarrollo personal de los niños.

Autor: IM Ópticas
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