A Ana María Maza Gutiérrez su vocación por el mundo de la óptica no le llegó hasta el último año que tuvo que elegir qué carrera estudiar. "Mi camino iba encauzado hacia la farmacia, pero en una visita a una óptica con mi abuela, donde me dejaron entrar en la consulta, encontré una profesión maravillosa que me encantó", señala. Al acabar la carrera, empezó a trabajar en una óptica de Sevilla y posteriormente, tras pasar por algunas ópticas de Badajoz, se embarcó junto a su socio en un proyecto personal, que se convirtió en Javier Ópticos, donde trabaja actualmente. De eso hace más de 20 años y "en total llevo en este mundo más de 30 años", puntualiza.

El peso fuerte de su día a día en la óptica "está dentro del gabinete, graduando y comprobando la salud ocular de nuestros pacientes", comenta. Aunque también realiza "trabajo comercial y asesoramiento a la hora de elegir la montura adecuada para cada persona, así como adaptación de lentes de contacto", añade.

Respeto a los cambios de la profesión en los últimos años, Ana María Maza cree que actualmente "el sector está muy diversificado y existe mucha oferta, sobre todo por internet. Por lo que los clientes buscan gafas de calidad y prioritariamente económicas". Es por esta razón que en Javier Ópticos "intentamos adaptarnos, pero resaltando la calidad y calidez de nuestro trato, la profesionalidad y, por supuesto, destacando que nuestro trabajo forma parte de la salud personal y, por tanto, diferenciándonos de la masificación de la oferta", apunta Ana María Maza.

A este respecto, Maza considera que la óptica del futuro está "claramente enfocada a dos vertientes necesarias e inevitables: la tecnología y la importancia del trabajo en gabinete". Especificando, "publicidad digital, citas online y maquinaria de última generación es algo a lo que no podemos girar la cara. Cada vez está más impuesto y debemos avanzar con la sociedad en la que vivimos". Por ello, señala que para poder prevalecer ante tanta competencia y oferta "debemos potenciar nuestra gran labor sanitaria, preventiva y orientativa a la hora de corregir posibles defectos visuales de los pacientes. No podemos centrarnos en la oferta y el descuento, ya que estamos hablando de salud y, por tanto, nosotros siempre apostaremos por las mejores calidades", asevera.

Unas calidades que se pusieron en juego durante la pandemia. Ana María Maza afirma que, en principio, lo vivieron con incertidumbre, pero "apostamos por permanecer abiertos para dar el servicio a nuestros clientes que así lo necesitasen, aún con el riesgo que esto conllevaba", comenta. Y añade: "La gente estaba encerrada en casa, pero muchos sanitarios y personal esencial que mantenía su puesto de trabajo podía recurrir a nosotros".

A pesar de eso, "tuvimos un gran parón y económicamente se notó. Pero, posteriormente, cuando la gente comenzó a salir de casa, hubo un repunte positivo en las ventas, sobre todo en el verano de 2020", señala. Ella cree que "por la incapacidad de invertir en ocio, la gente priorizó en salud visual". La causa, "el teletrabajo y mucho tiempo delante de las pantallas se ha visto reflejado en nuestro gabinete", afirma.