Se llama Kitchen-Eye y puede resolver la vida a la hora de cocinar a las más de 300.000 personas que tienen una deficiencia visual importante. Este producto es una encimera inteligente, fabricada por Mondragon Componentes (perteneciente a Corporación Mondragon) en colaboración con hasta doce entidades sociales y empresas industriales, que en lugar de buscar el diseño o la limpieza en el aparato, prioriza la utilidad y accesibilidad.

Esta solución fue presentada el pasado 3 de noviembre durante el Global Innovation Day 2021, promovido por la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque. Javier Aranceta, director de Innovación de Mondragon Componentes y de Centro Stirling, adelantó en una entrevista que esta tecnología añadirá "en breve" servicios complementarios relacionados con la dieta o, simplemente con clases de cocina inclusiva para personas "que, desgraciadamente, caigan en ese colectivo por razones de edad, enfermedad o accidente".

Para que cualquier persona de estos colectivos pueda utilizar "la voz, los gestos, el oído", vía que sin embargo no era válida para la comunicación con encimeras, electrodomésticos. Hasta ahora. Kitchen-Eye ha sido desarrollado gracias al trabajo de distintos actores. "Entidades de I+D, coordinadas en este caso por nuestra unidad de I+D, en Centro Stirling, y con el apoyo de Mondragon Unibertsitatea y la Universidad del País Vasco (UPV), y que está abordando ya las primeras etapas de la puesta en el mercado de nuestro producto".

En cada fase del proceso de diseño y desarrollo han participado: ONCE; Begisare; Cocinar a Ciegas; GSR, como entidades sociales. En la parte industrial: Eika, Copreci, Fagor Electrónica o Sareteknika. Y además el clúster del hogar, ACEDE, quien ha hecho "de `engrasador´ y dinamizador de muchas tareas de difícil definición", añade Aranceta.

De esta manera, facilita una acción cotidiana a personas que encuentran dificultades en el desarrollo de bastantes facetas de su vida. Como concluye el director de Innovación de Mondragon Componentes: "Nuestro reto era resolver una situación dramática para una parte no tan pequeña de la sociedad. Puede que no lo tengamos muy presente, pero una de las primeras cosas que le sucede a una persona con deficiencia visual es que deja de cocinar. Y por tanto elimina de su vida, de raíz, una de las actividades más necesarias e interesantes que hacemos los humanos".