IM OPTICAS nº 21

18 EL ÓPTICO OPTOMETRISTA Cristina Priego, óptica optometrista, gerente y propietaria de Óptica Capuchinos, en Sevilla, siempre supo que estudiaría una carrera de la rama sanitaria. “Descubrí la optometría por casualidad, pero cuando empecé a estudiarla, me di cuenta de lo gratificante que era ayudar a las personas a mejorar su visión y, con ello, su calidad de vida”, explica al respecto, señalando que lo que más valora de la profesión es, “sin duda, el trato con el paciente y la relación de confianza que se genera tras escucharles y darles solución a sus problemas visuales. Valoran mucho el trabajo que hacemos y nuestra profesionalidad. Saber que nos recomiendan, como óptica de referencia para sus familiares y amigos, es muy gratificante”. En su día a día, “cada consulta es diferente, así que me preparo para atender desde personas que vienen a hacerse un control rutinario hasta quienes tienen problemas visuales más especiales. Al finalizar cada consulta, siempre dedico unos minutos para educar a los pacientes sobre cómo cuidar su salud visual y qué opciones existen más allá de las gafas convencionales”, comenta. Cristina Priego Óptica Capuchinos (Sevilla) En cuanto a las demandas de los pacientes, estas varían según su edad, apunta Cristina Priego, explicando que, “en adultos, hay mucha demanda de lentes progresivas personalizadas y lentes de contacto multifocales, ya que cada vez más personas buscan comodidad y libertad visual sin depender de gafas todo el tiempo”. Mientras que, por otro lado, “cada vez más padres, buscan soluciones para el control de la miopía en sus hijos, puesto que está aumentando de forma preocupante, especialmente por el uso excesivo de pantallas y la falta de actividades al aire libre. En nuestra óptica estamos especializados en ello, así que damos todas las opciones y herramientas para paliar este problema y ayudar a frenar el avance de la miopía”. Respecto a los cambios acontecidos en la profesión en los últimos años, considera que “el papel del óptico optometrista, por lo general, tiene un mayor reconocimiento y aceptación por parte de los pacientes y somos valorados como profesionales de la salud visual, dejando a un lado la imagen de comerciales. Y aunque la figura del optometrista en la salud pública es muy limitada, existe una cooperación más estrecha entre oftalmólogos y optometristas, trabajando en conjunto para mejorar el tratamiento y seguimiento de los pacientes”, señala. Asimismo, añade, “por parte de los pacientes, hay un mayor interés en su salud visual. Llegan con información buscada previamente en internet o que ‘les ha salido en Tik-Tok’”. Por ello, es fundamental que dediquemos tiempo a informar correctamente, resolver dudas, y dar a conocer las diferentes opciones que existen para cada persona, en función de su problema visual”. ¿Y en el futuro, qué debería cambiar? Cristina Priego cree que “la gran cantidad de oferta de internet y la guerra de precios con la que competimos, nos obliga a los ópticos optometristas a escoger. Podemos entrar en la dinámica de las promociones 2x1 y dejar que nuestro trabajo pierda valor, o bien, especializarnos, tener buenos protocolos de trabajo, aprovechar el avance tecnológico y formarnos cada vez más, para poder ofrecer un servicio de calidad y diferenciarnos por ello”, asegura, y concluye: “De esta manera, pondremos destacar nuestro trabajo y profesionalidad, convirtiendo la óptica en centros de salud visual”. EN A PIE DE ÓPTICA NOS ACERCAMOS A LOS PROFESIONALES DEL SECTOR PARA DESCUBRIR DE PRIMERA MANO CÓMO ES SU DÍA A DÍA Y CONOCER SUS INQUIETUDES Y PREOCUPACIONES. TODO CON UN OBJETIVO CLARO: SER EL ALTAVOZ DE LA PROFESIÓN. A pie de óptica

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