72 CEGUERA Impacto socioeconómico de la ceguera La incidencia de las patologías de la mácula y la retina es un problema de salud pública creciente, además de una carga económica y social significativa sobre el Sistema Nacional de Salud. Una investigación reciente impulsada por la Asociación Mácula-Retina y publicada en la revista Health Economics Review ha estimado las consecuencias económicas que conlleva la atención a las personas que han perdido la visión y que padecen ceguera. Los autores de este trabajo han realizado una proyección del impacto de las enfermedades de la patología y la retina en España durante un período de 10 años (2021- 2031). Así, las afecciones visuales suponen un coste significativo tanto para el sistema asistencial de salud como para la sociedad en general. Los investigadores han calculado que estas patologías afectarán en nuestro país a 7,99 millones de personas para 2030, lo que representa un incremento del 103 % en comparación con 2021. El coste total estimado de estas patologías será de 99.800 mil millones de euros: un 18 % relativo a costes directos sanitarios (consultas, pruebas diagnósticas, hospitalización, tratamientos y dispositivos especializados); un 44 % correspondiente a los costes directos no sanitarios (en referencia a la adaptación del entorno del paciente, asistencia en el hogar y transportes especializados); y el 38 % restante, a la pérdida de productividad. En este sentido, las patologías con los costes acumulativos más altos serán el glaucoma (33.600 millones de euros) y el edema macular diabético o EMD (19.800 millones de euros). El mayor incremento en los costes en comparación con 2021 probablemente será generado por patologías relacionadas con la diabetes mellitus, como la retinopatía diabética (703 %) y el EMD (317 %). ¿Qué contribuye a esta creciente carga económica? Según el estudio, varios factores, tales como el aumento de la esperanza de vida, el coste elevado de los tratamientos, la desigualdad en el acceso a la atención oftalmológica y el impacto en la economía familiar. Ahora bien, no hay que olvidar que el impacto de estas enfermedades va mucho más allá de lo meramente económico. “Las vidas de los pacientes son alteradas de forma radical por la pérdida de visión, que afecta a su independencia, salud mental y socialización. Su incapacidad para realizar rutinas simples como leer, conducir o identificar caras puede llevar a un declive emocional o físico muy grave”, apunta el informe. Por un lado, las personas con discapacidad visual tienen puntuaciones más bajas en calidad de vida Un plan, cuatro puntos El Plan Integral de Salud Visual propuesto por la Asociación Mácula-Retina sugiere cuatro puntos clave para reducir la ceguera: • Investigación. Son necesarios estudios epidemiológicos y de carga social de la enfermedad para diseñar políticas basadas en la evidencia. • Sostenibilidad económica. El acceso a tratamientos innovadores debe garantizarse mediante la optimización de recursos y el uso de Big Data para personalizar terapias. • Modelo organizativo. El empleo de la telemedicina y una mejor coordinación entre los servicios de Atención Primaria y los hospitales han de servir para mejorar la detección temprana y los tratamientos. • Acciones relacionadas con la salud pública. Las campañas de concienciación y educación pueden ser muy eficaces para ayudar a la detección precoz de enfermedades oculares y también para la prevención. Enfermedades de la retina que provocan discapacidad y ceguera En el primer apartado del informe, la Asociación Mácula-Retina radiografía la situación de la patología visual en España, destacando que el 80 % de la población española tiene algún defecto visual, así como los principales trastornos: presbicia (42 %), miopía (39 %), astigmatismo (39 %) e hipermetropía (18 %). Por otro lado, cabe señalar que las enfermedades de la retina son una de las causas más comunes de discapacidad. La retina es un órgano fotosensible en el ojo que capta la luz y la convierte en señales que el cerebro traduce como imagen. Por lo tanto, cualquier patología que afecte su función puede ser causa de discapacidad visual y derivar en ceguera. La degeneración macular asociada a la edad es la enfermedad más común que lleva a la ceguera en personas mayores de 50 años. La retinopatía diabética, por otro lado, es una de las principales causas de pérdida de visión entre la población laboral. También es frecuente que la ceguera se atribuya al desprendimiento de retina, que puede ser causado por desgarros en la retina, traumatismos o enfermedades subyacentes como la miopía severa. La retinosis pigmentaria, por otro lado, es una enfermedad genética que causa degeneración progresiva de las células fotorreceptoras de la retina. Generalmente, empieza con pérdida de visión nocturna y reducción del campo visual. Asimismo, la oclusión de la vena central de la retina puede llevar a una pérdida súbita e indolora de la visión. Además de las enfermedades más prevalentes mencionadas, existen decenas de patologías raras (con una incidencia inferior a 1/10.000 habitantes) que ocasionan cegueras irreversibles por causas de mutaciones genéticas. Así, hay patologías que afectan desde la infancia a otras que cursan en edad avanzada, como Stargardt, Enfermedad de Best, Sorsby, Leber, etc. En resumen, las enfermedades de la retina constituyen una causa significativa de discapacidad visual y ceguera en todo el mundo. No obstante, la detección temprana adecuada y el tratamiento pueden marcar la diferencia. “Resulta crucial someterse a exámenes médicos oculares periódicos, especialmente para las personas con enfermedades anteriores o con factores de riesgo, como la edad, la diabetes mellitus, o factores hereditarios”, resalta el informe.
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