19 Los peligros para la visión Más allá del uso abusivo de las pantallas, la vista, en la sociedad actual, se enfrenta a otros peligros tales como la exposición directa a los rayos UV sin gafas de sol con una protección adecuada. Esto puede acabar causando cataratas, degeneración macular, etc. Pero, también “el tabaquismo, algunas medicaciones, el alcohol en exceso, un mal control metabólico, no parpadear suficiente y el mal uso de las lentes de contacto, entre otros,” son factores de riesgo que ponen en jaque la salud ocular de los españoles. En este sentido, aprender a mantener una buena higiene visual es crucial. Es decir, las personas deben concienciarse sobre el cuidado de sus ojos y su sistema visual, aplicando prácticas sencillas y diarias que minimicen el riesgo de padecer algún problema visual. “Mantener una distancia adecuada al ordenador entre 50 y 70 cm., y al móvil de 30-40 cm, utilizar una iluminación adecuada que evite deslumbramientos, usar la corrección óptica adecuada si fuera necesario, hacer parpadeos conscientes, intentar pasar más horas al aire libre, dormir las horas indicadas, etc.”, resume el presidente de la V Delegación. Y, muy importante,“acudir periódicamente al óptico- optometrista para que realizar las revisiones oportunas”. Este profesional sanitario está capacitado y es el adecuado para proporcionar al ciudadano todos estos consejos sobre higiene visual atendiendo a las circunstancias concretas de cada persona. Finalmente, Zabala alerta de que “permanecer constantemente en espacios cerrados también puede provocar un aumento de la miopía”. Y lo ejemplifica: en algunos países de Asia, y con el fin de prevenir esta situación en la infancia, se han aumentado las horas de patio en los colegios y, por tanto, los ratos de pasar más tiempo en espacios abiertos al exterior entre los menores. Revisiones periódicas, clave para la visión Pese a la importancia de acudir a las revisiones periódicas, tres de cada diez españoles no se revisa la vista. “Tal como sucede en tantos campos de la salud, los ciudadanos no acudimos a las consultas cuando somos asintomáticos”, opina Zabalo. La buena noticia, según el experto, es que poco a poco la población va tomando conciencia de que hay que acudir a las revisiones periódicamente, “como una forma de prevención y también de detección temprana de síntomas que pueden estar asociados a procesos patológicos”. Estas visitas, además, permiten remitir al especialista correspondiente que será quien haga el diagnóstico y, en su caso, la propuesta de tratamiento para mejorar, así, la visión del paciente. Está claro que acudir a los servicios oftalmológicos por problemas visuales como la presbicia, miopía, hipermetropía, astigmatismo, anomalías acomodativas no estrábicas, etc., no hace más que saturar la atención hospitalaria y desde el Colegio de Ópticos-Optometristas llevan años proponiendo que estos pacientes reciban la atención del óptico optometrista desde el mismo centro de salud. Y, en caso de presentar patologías visuales o sospechas de su existencia, “sean referidos a la atención hospitalaria con una breve descripción anatómica de su dolencia y con las pruebas preliminares óptico-optométricas realizadas y debidamente informadas”. Zabalo cuenta que, en otros países, se viene funcionando así y los resultados son altamente satisfactorios tanto para el ciudadano como para el sistema de salud. Esta mayor presencia de la optometría en la Atención Primaría “permitiría al médico oftalmólogo dedicarse en exclusiva a la patología, reduciendo las listas de espera y mejorando la atención al paciente”. De esta forma, asegura que se conseguiría “reducir la insatisfacción del ciudadano que muchas veces se ve obligado a acudir a clínicas privadas, como una forma de recibir una atención más inmediata”. El futuro tecnológico En todos los años que lleva ejerciendo la profesión, Zabalo ha sido testigo de muchos avances e innovaciones tecnológicas dentro de la industria. “Nuestro ejercicio está íntimamente vinculado a la innovación tecnológica y la modernización”, opina. Este hecho, además, está permitiendo al sector incorporar en los establecimientos sanitarios de óptica “equipamiento de última generación y, con ello, obtener resultados más precisos”, puntualiza. Es el caso, por ejemplo, de la retinografía no midriática o la tomografía de coherencia óptica, presentes hoy día en un gran número de gabinetes. Para Zabala, esta incorporación “ha representado un avance muy significativo que ha permitido obtener unos resultados más precisos en el cribaje de signos de sospecha patológica y así remitir con mejor criterio”. También señala la topografía corneal que ha supuesto una mejora crucial importante “al permitirnos adaptar lentes de contacto con más seguridad, además de ayudarnos en sospechas patológicas a remitir con criterio”. La industria, sin duda, se está modernizando a pasos agigantados y, entre otros avances, son ya muchas las empresas de esta zona de España que han incorporado la inteligencia artificial (IA) para impulsar la terapia visual. Aunque en el Colegio parten de la base que el ejercicio profesional del óptico optometrista es personalista y no puede ser sustituido por ninguna maquinaria, en materia de rehabilitación visual-ortóptica, reconocen que “han aparecido programas tanto para ordenador como para realidad virtual que ayudan a mejorar ciertas habilidades visuales”. Pero, de igual manera, Zabala alerta de que “los programas por sí solos, sin un buen diagnóstico, pueden conducir a que los ejercicios no sirvan para solucionar ningún problema”. Es decir, desde la V Delegación lo tienen claro: “Sin un óptico optometrista formado es difícil que el programa sirva”. La IA tiene muchas otras aplicaciones respecto a la salud ocular: “Sistemas de sospecha diagnóstica rápidos y precisos, ejemplos claros en retinopatía diabética, glaucoma, DMAE, etc. También permite analizar imágenes oculares y predecir la aparición de una determinada enfermedad”, sintetiza Zabalo. Eso sí, “siempre deben realizarse con finalidad de cribado siendo imprescindible la intervención del oftalmólogo”. Es el profesional sanitario quien confirmará siempre el diagnóstico y, en su caso, realice la propuesta de tratamiento. Zabala opina que, quizás, lo más criticable de la IA y otras tecnologías, es que “confunden al público haciéndole pensar que el saber humano ya no es necesario”. Y, para él, es un error.
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