IM OPTICAS nº 22

21 José María García Rodríguez lleva casi 30 años cuidando la salud visual de los turolenses desde Óptica Bajo Aragón, un establecimiento que cuenta ya con cinco centros emplazados entre Alcañiz, Calanda y Andorra. El óptico optometrista, experto en contactología y optometría clínica, hace balance sobre cómo ha cambiado el sector en todo este tiempo. “Recuerdo sobre todo que, en los comienzos, alrededor de 1996, no había una gran variedad de monturas. Cosa ahora impensable, ya que las gafas se han convertido no solo en un objeto necesario para la visión, sino también en elementos de diseño, tendencia y estilos propios. En definitiva, en moda”. Por otro lado, bajo su experiencia, “en lentes progresivas o lentes de contacto la revolución ha sido impresionante; de los primeros diseños de progresivos difíciles de acomodarse a ellos, a los actuales en los que la adaptación es inmediata”. Y en lo referente a las lentes de contacto el óptico, hace mención al boom del hidrogel de silicona, “pues permitió un porte más seguro gracias a su mayor transmisión de oxígeno”. “También los nuevos diseños, aunque esto es más ‘reciente’, para control de miopía y cornea irregular ha permitido mejorar la salud visual de nuestros pacientes”, agrega. Cada uno de los centros que se aglutinan bajo el paraguas de Óptica Bajo Aragón está formado por optometristas y auxiliares de óptica titulados. “El día a día es muy agradable, nuestra profesión nos permite hacer muchísimas cosas. Así que desde la mañana nos preparamos para ofrecer el mejor servicio, taller, montaje de gafas y reparaciones, gabinetes de optometría y audiología, gafas de sol, posventa, etc. Todo tiene que estar preparado y disfrutamos haciéndolo”, cuenta. En cuanto a lo más demandado, asegura que la mayor parte de los productos y servicios se relacionan con gafas graduadas y revisiones visuales. “Lo que más valoran nuestros pacientes es el acompañamiento integral: desde la revisión visual, la toma de medidas, la elección personalizada de montura, el tallado de lentes y su montaje, hasta la entrega final con ajuste y seguimiento”. Por ello, “todo el proceso está en manos de un equipo de optometristas y auxiliares de óptica altamente formado y volcado en que cada persona se lleve mucho más que unas gafas: se lleve una solución pensada a su medida”, manifiesta. Además, ofrecen servicio tanto de audiología como de ortopedia. En este sentido, explica que “la audiología ha cobrado una importancia creciente, con el estilo de vida de las personas mayores, cada vez más activas y que quieren disfrutar al máximo conectadas con su entorno”. Así, apunta García Rodríguez, “los audífonos cada vez más discretos y perfeccionados ofrecen una mejora en su caJosé María García Rodríguez Óptica Bajo Aragón (Teruel) lidad de vida para que no se aíslen y puedan seguir con todo lo que les apetezca de una manera autónoma y sin miedo a no entender lo que se les dice. Hay que tener en cuenta que una persona que no oye bien se vuelve desconfiada y tiende a la soledad”. Acerca de los retos que afronta el sector óptico, en su opinión, el más destacado es el de la diferenciación, tal y como concluye. “Debemos ir más allá del producto (gafas, audífonos, lentillas, etc.) y ofrecer servicios profesionales de calidad, con valor añadido, como adaptación de lentes de contacto especiales, entrenamiento visual, o la atención primaria de prevención de posibles alteraciones como presión intraocular, cataratas, retina , etc., para poder derivar al oftalmólogo ante sospechas, ya que las ópticas somos centros sanitarios y en muchos casos la primera puerta de entrada para que el paciente llegue a recibir atención oftalmológica especializada”. “DEBEMOS IR MÁS ALLÁ DEL PRODUCTO Y OFRECER SERVICIOS PROFESIONALES DE CALIDAD”

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