52 OPTOMETRÍA GERIÁTRICA lencia y la comorbilidad de las enfermedades sistémicas y oculares. Muchas de ellas, incluso, llegan a producir una afectación permanente de la visión que conduce a la baja visión y a la ceguera. Fruto de las necesidades específicas que requiere el cuidado de la salud ocular de las personas mayores se desarrolla la optometría geriátrica, una especialización dentro de la optometría que se encarga de abordar los distintos problemas visuales que se producen con el paso de los años. La edad avanzada, además de cambios físicos, provoca cambios cognitivos que requieren adaptar de manera especial los tratamientos optométricos. Optometría geriátrica, atención especializada a los mayores ¿A quién se aplica la optometría geriátrica? Como hemos comentado, en España más del 20 % de la población tiene más de 65 años. Sin embargo, “es sobre todo a partir de los 75 años, cuando se hace necesaria una atención especializada, ya que, aun sin padecer enfermedades, el paso del tiempo provoca cambios en los sentidos de la visión y el oído”, asegura la Asociación Española de Optometristas Unidos (AEOPTOMETRISTAS) Si al deterioro natural se añaden además enfermedades propias de la edad (hipertensión, diabetes, glaucoma, cataratas, etc.) y condiciones específicas (polimedicaciones, enfermedades neurodegenerativas, etc.) es primordial personalizar los tratamientos y consensuarlos con el resto de especialistas que los tratan. A esto hay que sumarle que la dificultad para ver bien debido a la pérdida de transparencia de los medios oculares o por enfermedades afecta mucho a la calidad de vida, ya que unido a la pérdida de fuerza muscular y disminución de los reflejos hace más propenso al mayor a las caídas y accidentes domésticos. Les hace dependientes de tareas diarias como leer el correo, consultar los datos bancarios y también afecta las relaciones sociales por no poder acceder a las nuevas tecnologías. Conforme envejecemos, la calidad de la visió n disminuye de forma natural: el 80 % de los mayores de 60 añ os tiene problemas de visió n. Pero como apunta la Sociedad Españ ola de Geriatría y Gerontología (SEGG), generalmente, la mayoría de los cambios no son graves y con unas lentes correctamente graduadas suele ser suficiente. No obstante, existe una diferencia entre los cambios en la visió n al envejecer que son normales y otros que son patológicos. Enfermedades tales como la degeneració n macular, el glaucoma, las cataratas o la retinopatía diabética pueden afectar de forma permanente la calidad de la visió n de los mayores. Cambios normales en la visió n en las personas mayores El número uno de problemas asociados a la edad que se pueden corregir fácilmente, según la SEGG, es la vista cansada o presbicia. Y es que se trata de un defecto fisioló gico, no patoló gico, que comienza a partir de los 40 añ os y que afecta, tarde o temprano, a la práctica totalidad de la població n. Es un resultado natural del envejecimiento, el cristalino comienza a perder elasticidad, haciendo más difícil enfocar la vista a corta distancia, en actividades tales como la lectura, la costura. Pero la presbicia puede corregirse fá cilmente con lentes bifocales o progresivas. La disminución de la sensibilidad al contraste también es común. Cuando ocurre, el cristalino se vuelve cada vez más denso y amarillo con el envejecimiento. Estos cambios pueden afectar la percepció n del color y la sensibilidad al contraste. Por ejemplo, el color azul puede parecer más oscuro y es más difícil diferenciarlo del negro, y poder así distinguir distintos objetos y fondos. A NIVEL PERSONAL, LOS MAYORES SE ENFRENTAN A DIFICULTADES COMO LA PÉRDIDA DE LA AUTONOMÍA PERSONAL, LA SOLEDAD NO DESEADA O LA BRECHA DIGITAL
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