58 OFTALMOLOGÍA AL DÍA Grosor retinal y riesgo genético: un posible biomarcador para la detección precoz de la esquizofrenia UN RECIENTE ESTUDIO APUNTA QUE EL GROSOR DE LA RETINA PUEDE REVELAR LA SUSCEPTIBILIDAD DE SUFRIR ESTE TRASTORNO MENTAL. ESTE HALLAZGO PUEDE SER MUY ÚTIL EN MATERIA DE PREVENCIÓN Y A LA HORA DE DISEÑAR TRATAMIENTOS PERSONALIZADOS, PERO CUANDO SE TRATA DE SALUD MENTAL NO SE PUEDE PERDER DE VISTA EL ENFOQUE BIO-PSICO-SOCIAL. de ahí que digamos que la retina es una ‘ventana al cerebro’. Se comprobó que este adelgazamiento no era debido a enfermedades oculares, sino que correlacionaba de manera directa con el riesgo genético de cada persona a sufrir esquizofrenia (a mayor riesgo, más fina la retina)”, apunta la doctora. Y agrega que esta asociación fue particularmente fuerte cuando se centraron en genes relacionados con vías neuroinflamatorias, “lo que sugiere que la inflamación cerebral crónica podría estar detrás de estos cambios”. Además, “las personas con mayor riesgo genético también mostraban mayores niveles de proteína C reactiva (CRP), un marcador de inflamación”. Por lo tanto, el adelgazamiento de la retina podría ser un biomarcador temprano y no invasivo del riesgo de desarrollar esquizofrenia. El grosor de la retina puede revelar la susceptibilidad de sufrir esquizofrenia, un trastorno mental grave e incapacitante que en España padecen alrededor de medio millón de personas. Así lo señala un reciente estudio publicado en Nature Mental Health en el que la Universidad de Zúrich y el Hospital Universitario de Psiquiatría de Zúrich recopilaron información de cerca de 35.000 individuos de la base de datos del UK Biobank. Elena López Terrones, doctora en Biomedicina y profesora en la Universidad Europea de Valencia, especializada en neurociencia, psicofarmacología y trastornos mentales graves, profundiza en las conclusiones más destacadas de la investigación. “Las personas con mayor riesgo genético de desarrollar esquizofrenia presentan un adelgazamiento específico de ciertas capas de la retina. Lo más impactante es que esto sucede incluso antes de manifestar síntomas clínicos”, señala. En este sentido, explica que las capas más afectadas fueron la mácula y la capa de células ganglionares internas. “Los axones de estas células ganglionares se juntan formando el nervio óptico, el cual conecta directamente con el cerebro, ELENA LÓPEZ TERRONES, DOCTORA EN BIOMEDICINA Y PROFESORA EN LA UNIVERSIDAD EUROPEA DE VALENCIA
RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=