63 Según datos de la OMS, para el año 2050, casi 2.500 millones de personas tendrán problemas de pérdida auditiva y más de 700 millones requerirán rehabilitación. Por otro lado, más de 1.000 millones de jóvenes adultos corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición evitable y permanente. Y son muchos los factores que nos llevan a esto. La contaminación sonora se está convirtiendo en un grave y creciente problema, sobre todo en las grandes ciudades y los entornos urbanos, junto al uso excesivo de auriculares, cascos y earphones (dispositivos que van dentro del oído),una práctica común, sobre todo entre los más jóvenes, que puede provocar pérdida auditiva irreversible. El ruido ambiental, generado por el tráfico, las obras y la vida urbana en general, ha dejado de ser algo incómodo para transformarse en un claro riesgo para la salud. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera la segunda amenaza ambiental más relevante para la salud pública en Europa. De tal manera que la exposición prolongada a niveles superiores a 65 decibelios (dB) durante el día y 55 dB por la noche puede afectar el bienestar físico y mental de las personas. Mientras que otros estudios advierten que la exposición constante a sonidos superiores a 85 dB puede dañar las células ciliadas del oído interno, afectando a la capacidad auditiva a largo plazo. Pero tener una buena salud auditiva no solo tiene que ver con el riesgo de sufrir una pérdida en el futuro. La audición desempeña un papel crucial en la prevención del deterioro neurológico, ya que la estimulación auditiva mantiene activas diversas áreas del cerebro relacionadas con la memoria, la atención y el procesamiento del lenguaje. De hecho, diversos estudios han demostrado que la pérdida auditiva no tratada puede ser la causante del aceleramiento del deterioro cognitivo y aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Un tema del que ya se habló en el XX Congreso Nacional de la Asociación Española de Audiología (AEDA), celebrado a finales de mayo en Alicante, y que bajo el lema Audición y deterioro cognitivo, sirvió para reflexionar sobre el papel de la audición en la prevención del deterioro neurológico, la necesidad de actualizar protocolos clínicos y el impulso hacia una formación universitaria específica. Una prevención que pasa por mantener una buena salud auditiva. En este sentido, dentro del ciclo Encuentros con la Salud, celebrado en Bilbao, Francisco Santaolalla, catedrático de Otorrinolaringología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y miembro del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Basurto, recordó cómo los malos hábitos en salud auditiva pueden provocar pérdidas de audición, en ocasiones, irreversibles. “Mantener una buena salud auditiva puede ser muy sencillo y si aborLos jóvenes, en riesgo de sufrir pérdidas de audición debido a sus actividades de ocio EL RUIDO AMBIENTAL, COMO EL TRÁFICO, LOS PETARDOS O IR A UNA DISCOTECA, PUEDE PONER EN PELIGRO NUESTRA SALUD AUDITIVA SIN QUE NOS DEMOS CUENTA. PROTEGER NUESTRA AUDICIÓN ES CLAVE PARA DISFRUTAR DE TODO LO QUE NOS RODEA SIN RIESGO A SUFRIR SORDERA.
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