IM OPTICAS nº 22

65 muy extendido, sobre todo, entre los menores de 40 años. Por el contrario, las personas mayores de 65 años sí suelen someterse con mayor frecuencia a controles auditivos, lo que subraya la necesidad de fomentar el cuidado de la salud auditiva en todas las franjas de edad. Porque, tal y como señala Alicia Sánchez, audioprotesista y logopeda de Audika España, la detección temprana de problemas auditivos “es clave para minimizar su impacto en la calidad de vida. Sin embargo, aún existe una falta de conciencia sobre la importancia de acudir a revisiones auditivas de forma preventiva”. Eso sí, a pesar de que numerosos estudios relacionan la pérdida auditiva con el envejecimiento, la realidad es que los problemas auditivos pueden afectar a personas de cualquier edad. También en niños Una problemática que también afecta a los niños. De hecho, la salud auditiva es esencial para el desarrollo cognitivo infantil, sobre todo, porque en estas edades la pérdida de audición suele pasar desapercibida y puede manifestarse en comportamientos que suelen ser malinterpretados, como falta de atención o la dificultad para seguir conversaciones. Fundamentalmente, porque la audición desempeña un papel básico en el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje de los niños, por lo que detectarla a tiempo y ofrecer el tratamiento adecuado es crucial para asegurar un desarrollo lingüístico y cognitivo óptimo. En este sentido, en Aural Centros Auditivos subrayan que la audición es el canal principal a través del cual los niños adquieren el lenguaje, desarrollan habilidades cognitivas y participan en su entorno social y escolar. Por lo que cualquier grado de pérdida auditiva puede dificultar este proceso, generando barreras en la comprensión del lenguaje, en la adquisición del habla y en la interacción con sus compañeros y profesores. También destacan cómo, en muchos casos, los padres pueden sospechar que su hijo tiene pérdida auditiva si no responde a los sonidos o si muestra dificultades en el desarrollo del habla, si bien una pérdida de audición leve o moderada puede pasar desapercibida y sus síntomas ser malinterpretados. Desde Aural Centros Auditivos destacan tres síntomas a los que los padres y madres deben prestar atención. Primero, que el niño o niña ignore a las personas que les están hablando, lo que habitualmente puede confundirse con distracción o desinterés; segundo, que presente dificultades para oír y comunicarse en ambientes con ruido de fondo, como las aulas escolares, y, en cambio, desenvolverse bien en casa. Por último, que el pequeño o pequeña tenga problemas sociales, de comportamiento, de lenguaje o de aprendizaje en contextos específicos, mientras que en otros su desarrollo parece normal. El ocio, entorno de riesgo Con el calor llegan las actividades en piscinas, playas y entornos acuáticos, por lo que el riesgo de otitis externa también se incrementa. Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), más del 90 % de los niños tiene un episodio de otitis media aguda antes de los cinco años, ya que son más propensos a desarrollar este tipo de infecciones debido a la forma de sus oídos, diferente a la de los adultos. La mayor incidencia para contraer infecciones de oído se sitúa en el rango entre los 6 y 18 primeros meses de vida, edad que coincide, a su vez, con uno de los periodos más críticos en el desarrollo del lenguaje. Si un niño no puede oír correctamente durante este tiempo podrá tener problemas para aprender a escuchar, hablar e incluso leer. Pero si se trata de forma adecuada no se ocasionarán problemas de audición permanentes. En este sentido, Julio Rodrigo Dacosta, director general de MED-EL España y Portugal, apunta que los niños que contraen infecciones en el oído medio con regularidad “deben acudir a un especialista para su valoración. Cuando una otitis alcanza un nivel avanzado y causa pérdida auditiva en el paciente, es importante que el especialista valore la posibilidad de utilizar un dispositivo auditivo, con el fin de que el desarrollo del lenguaje del niño no se vea afectado”. Y no solo preocupan los más pequeños. Según la OMS, más de 1.000 millones de jóvenes de entre 12 y 35 años corren riesgo de sufrir pérdidas de audición irreversible en el futuro. ¿Los motivos? Pues como apunta la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), las principales causas de los problemas auditivos suelen ser la excesiva exposición a ruidos intensos, la ausencia de hábitos cardiosaludables y el consumo excesivo de fármacos ototóxicos. De hecho, según apuntan, un tercio de la población mundial y el 75 % de los habitantes de ciudades industrializadas padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva causada por exposición a sonidos de alta intensidad. Asimismo, también se alerta de los peligros del abuso de auriculares y la exposición a ruidos intensos durante el ocio, como conciertos y discotecas. Como ejemplos, desde la SEORL-CCC, señalan que el ruido del tráfico rodado puede alcanzar 80-85 dB, mientras que una sierra eléctrica o cascos de música supone 95 dB (riesgo de lesión si la exposición se prolonga dos horas). Ir a una discoteca, los petardos o la pirotecnia llegan hasta 110 dB (riesgo de daño inmediato); mientras que un concierto de rock o un taladro alcanza 120 dB (riesgo de lesión auditiva si la exposición se prolonga siete minutos). CUALQUIER ALTERACIÓN EN LA CAPACIDAD DE ESCUCHA PUEDE AFECTAR AL RENDIMIENTO ACADÉMICO Y AL DESARROLLO SOCIAL DE LOS MÁS PEQUEÑOS

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