IM OPTICAS nº 23

25 Cada cliente que abandona una óptica representa mucho más que la pérdida de una venta puntual: es la desaparición de un flujo de ingresos recurrente, de una relación construida a lo largo del tiempo y de una valiosa fuente de recomendaciones. Si, como yo, estás todos los días en ópticas de diferentes perfiles y segmentos (cadenas, independientes, etc.), descubres rápidamente que la mayoría de los compradores de ópticas valoran más la confianza en el asesoramiento del profesional y la calidad de los productos que propuestas de precios sospechosamente bajos, superdescuentos u ofertas donde ya no saben qué más regalarte para seducirte. En un mercado tan competitivo como el actual, donde conviven ópticas independientes, cadenas y plataformas online, la fidelidad del cliente es un activo estratégico. Sin embargo, diversos estudios muestran que más del 65 % de los consumidores ha dejado de comprar a su proveedor habitual debido a malas experiencias de atención. Aunque no hay estadísticas específicas publicadas para el sector óptico español, las conclusiones son extrapolables: la mayoría de las fugas de clientes no se deben a factores externos inevitables, sino a aspectos que sí pueden gestionarse. El 65 % de tus clientes podría irse mañana… y tú ni lo sospechas EN EL SECTOR ÓPTICO, PERDER UN CLIENTE NO SIGNIFICA SOLO DEJAR ESCAPAR UNA VENTA: IMPLICA RENUNCIAR A INGRESOS RECURRENTES, CONFIANZA CONSTRUIDA Y VALIOSAS RECOMENDACIONES. LA MAYORÍA DE LAS FUGAS NO SE DEBEN A FACTORES EXTERNOS INEVITABLES, SINO A ASPECTOS QUE SÍ PUEDEN GESTIONARSE DESDE LA PROPIA ÓPTICA: ATENCIÓN PERSONALIZADA, SEGUIMIENTO, COMUNICACIÓN Y ACTUALIZACIÓN CONSTANTE. COMPRENDER POR QUÉ SE VAN LOS CLIENTES ES EL PRIMER PASO PARA DISEÑAR ESTRATEGIAS QUE LOS FIDELICEN Y CONVIERTAN LA EXPERIENCIA EN UNA VENTAJA COMPETITIVA.

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