73 Del mismo modo, la hidratación desempeña un papel esencial, tanto a través de una ingesta suficiente de agua como de una dieta rica en ácidos grasos omega-3, presentes en pescados azules, semillas o frutos secos, que mejoran la calidad de la película lagrimal. En el terreno de la higiene visual, se recomienda hacer pausas periódicas frente a las pantallas siguiendo la regla del 20-20-20, procurar un parpadeo consciente y mantener los párpados limpios para prevenir la obstrucción de las glándulas de Meibomio, especialmente en casos de blefaritis. Uno de los factores más relevantes en la actualidad es la exposición prolongada a pantallas digitales, que favorece tanto la sequedad ocular como la aparición de la llamada astenopia acomodativa, más conocida como fatiga visual. “El ojo seco y la fatiga visual están íntimamente relacionados”, explica el Dr. Ramón Bácerna, director médico de Miranza Santander. “La astenopia es el cansancio de la acomodación ocular. Es una condición que cada vez vemos más en personas que trabajan frente a pantallas durante ocho o diez horas al día, y suele manifestarse con dolor de cabeza, picor ocular, lagrimeo o escozor. Todo ello está estrechamente vinculado a la reducción del ritmo de parpadeo”, aclara. Los datos avalan esta relación. Se calcula que el parpadeo disminuye en más de un 40 % cuando usamos dispositivos digitales, lo que aumenta la evaporación de la lágrima y puede desencadenar o agravar el síndrome del ojo seco. “Ese simple gesto, tan automático que a menudo olvidamos, es clave para extenvidas por la Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico (FEDAO). Esto permite derivar a los casos sospechosos de manera temprana y refuerza la colaboración entre optometristas y oftalmólogos. Aparte, la estrategia de FEDAO incluye formación profesional y materiales divulgativos. La campaña nacional sobre ojo seco tendrá su mayor despliegue en octubre de este año. Prevención y autocuidado Aunque los avances terapéuticos han ampliado las opciones de tratamiento, la prevención y el autocuidado siguen siendo pilares fundamentales en el manejo del ojo seco. El control del entorno resulta básico. El uso de humidificadores en espacios cerrados, evitar la exposición directa a corrientes de aire o calefactores y mantener una ventilación adecuada contribuyen a reducir la sequedad ocular. A ello se suma la protección frente a agentes externos, mediante gafas de sol envolventes que resguardan del viento y de la radiación ultravioleta. TIPOS CLÍNICOS FACTORES DE RIESGO MÁS COMUNES ACUODEFICIENTE Baja producción lagrimal. Típico en síndrome de Sjögren. EVAPORATIVO El más frecuente. Debido a disfunción de glándulas de Meibomio. INFLAMATORIO Asociado a procesos inflamatorios crónicos de la superficie ocular. NEUROTRÓFICO Y NEUROPÁTICO Relacionados con alteraciones neurosensoriales o de sensibilidad corneal. Uso prolongado de pantallas digitales. Ambientes con aire acondicionado o calefacción. Exposición a viento y radiación ultravioleta. Envejecimiento y cambios hormonales. Afecciones como rosácea, blefaritis o dermatitis atópica.
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