IM ÓPTICAS nº 3

80 Ventajas frente a sus competidores Luis Pulido define Zen como una marca que “se adapta sin imponerse. Permanece en constante cambio. Es parte de nuestro ADN”. Una adaptabilidad que consiguen gracias a formar parte de G&D Optical. “Esto nos da una gran ventaja sobre nuestros actuales competidores, ya que al tener este respaldo nos permite ser mucho más ágiles en el desarrollo del producto y poder abaratar los costes de nuestras colecciones, reflejándola en un único precio para nuestros clientes. Acetato, metal o titanio, todo tiene el mismo precio en las colecciones Zen. Evidentemente, manteniendo la calidad que nos caracteriza. Esto gusta mucho al óptico, porque le simplifica mucho su trabajo”, concluye. Las gafas de Zen son elegantes, pero con un toque de color y diseño que las hace diferentes. Nada estrambóticas o estrafalarias, sino lo suficientemente sobrias para adaptase a cualquiera, pero con un toque de atrevimiento que gusta a los que quieren desmarcarse del resto. El cliente Zen busca innovación y personalidad, ya que sus gafas tienen carácter. La forma de sus monturas suele ser bastante normal. Es jugando con los colores donde marcan su diferencia. De hecho, cada nueva colección suele lanzarse en cuatro colores diferentes para que el cliente pueda elegir el que más le guste o mejor le quede. Y, en ocasiones, se lanza un quinto color, cuando la colección ya está en marcha, para que el óptico pueda añadirlo al stock que le queda restante y seguir vendiendo el modelo, sin dejarlo en el olvido por falta de opciones. En ese sentido, Luis Pulido señala: “Trabajamos permanentemente para ofrecer al cliente Zen un producto diferente y desenfadado, con el que se sienta bien e identificado. Esta es una parte muy importante a la hora de desarrollar un diseño. Se analizan todos los detalles para que, cuando las gafas lleguen al consumidor final, sean cómodas y favorecedoras”. A las ópticas independientes Zen Eyewear vende preferentemente a ópticas pequeñas e independientes. A aquellas que buscan diferenciarse, que quieren un producto alternativo para ofrecérselo a sus consumidores más atrevidos que buscan su propio nicho de consumo. A diferencia de la mayoría de los consumidores de gafas, al cliente Zen le gustan las tendencias y suele tener más de unas gafas, para lucirlas según sea la ocasión. Unas para ir más esport, otras para trabajar, otras para ocasiones más elegantes, por ejemplo. Huye de las gafas tradicionales y busca las que tengan personalidad. Por ello, en Zen Eyewear crean productos donde la funcionalidad solo es su base. Cuidan hasta el más mínimo detalle, hasta el último acabado, en el diseño, en la producción, en la fabricación y en la distribución para que el producto final cumpla las expectativas de su exigente clientela. Sus colecciones son limitadas y poseen un número de serie que las identifica. De cada una de ellas se fabrica un número limitado que, una vez vendido, no vuelve a reeditarse. En su lugar, se lanza otro nuevo modelo. Son colecciones vivas que cambian cada pocas semanas. Forma parte de su nueva política de ofrecer al mercado productos en constante innovación y tendencia. Con las series limitadas se consigue, en palabras de Luis Pulido, “dos objetivos. El primero es que el cliente Zen tenga una pieza exclusiva no masificada. El segundo es que podemos ofrecer novedades constantemente al mercado”. Y añade: “No tenemos unas fechas estacionales de lanzamiento, como hacen las mayorías de los competidores. Agotamos un modelo y lanzamos otros para sustituirlo en la colección, mejorando constantemente nuestra oferta para nuestro cliente. Esto se puede hacer únicamente si tienes el respaldo de fábrica, como lo tenemos nosotros”. Sostenibilidad en su packaging Como no podía ser de otra forma en un proyecto donde la tendencia y la innovación están tan presentes, en Zen Eyewear también tienen muy en cuenta la sostenibilidad. Seguir apostando y avanzando en favor del medioambiente es fundamental. Principalmente en su packaging. Todas las fundas están realizadas con materiales biodegradables e incluso las bolsas que contienen las gafas están hechas de fécula de patata, para evitar de esta forma el plástico. Luis Pulido asevera que “no utilizamos plástico alguno. E incluso a nivel de PLV optamos también por materiales naturales, como el cartón para las imágenes de temporada, y acetato en lugar de PVC y derivados, para los institucionales” Las gafas de Zen se diseñan y se desarrollan en Barcelona, pero se fabrican en China, donde está su principal inversor. También está presente con filiales en Francia e Italia, y con distribuidores en Países Bajos, Turquía y Estados Unidos. Este año, entrará un nuevo distribuidor para Alemania. Un mercado que Pulido cree “es muy interesante estratégicamente”. Su objetivo es consolidar Zen en los mercados ya existentes y al mismo tiempo ampliar hacia nuevos filiales y distribuidores. El haber iniciado este nuevo proyecto tan solo dos meses antes del inicio de la pandemia no ha resultado fácil. Sin embar-

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