IM OPTICAS nº 4

80 Actualmente, los dispositivos se caracterizan por ser ultraligeros, fáciles de colocar y muy discretos. Reducen el ruido de forma muy efectiva y se ajustan a la mayoría de tipos de pérdida auditiva. Están compuestos por un pequeño ordenador programable que consigue amplificar millones de señales sonoras con mucha precisión. Así, logran mejorar la capacidad de audición de las personas con deficiencia auditiva. La Inteligencia Artificial forma parte de los nuevos audífonos y permite al usuario ajustar el sonido y adaptarlo a como quiera escuchar. Pero, ¿cómo serán los audífonos del futuro? Seguirán avanzando a un ritmo trepidante y deberán solventar cuestiones como la duración de carga de sus baterías, que se autorregulen de manera eficaz y automática, o que permitan que los usuarios puedan gestionarlos más y mejor. Es decir, que los audífonos más modernos permitan sincronizar información como la carga de batería o el nivel de decibelios a través de un smartphone. La conectividad será, sin duda, uno de los desafíos más importantes. Existen ya algunos modelos de audífonos capaces de monitorear la actividad física y registrar aspectos como la presión arterial o la temperatura corporal. La detección de caídas es otra de las innovaciones que proponen algunos audífonos modernos y sobre la que se seguirá investigando en los próximos años. El riesgo de los más jóvenes Uno de los principales retos actuales, en cuanto a la salud auditiva, se centra en la población infantil y juvenil. Un estudio de la Asociación Nacional de Audioprotesistas destaca que los problemas auditivos empiezan cada vez antes. De hecho, señala que un 13,3% de personas con pérdidas auditivas tiene entre 18 y 55 años; y un 14,5% entre 55 y 64 años. En este sentido, la OMS alerta de que más de 1.000 millones de jóvenes corren el riesgo de sufrir una pérdida auditiva evitable debida a la exposición a altos niveles de ruido durante sus actividades de ocio. La música debe escucharse, por ejemplo, siempre por debajo de los 85 decibelios, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de la Cabeza y Cuello, y nunca por encima de los 100 decibelios. Usar auriculares para escuchar música a un volumen demasiado alto es ya una causa habitual de los déficits de audición en los adolescentes. Pero, además de vigilar el volumen, aconsejan vigilar el tiempo que ese ruido excesivo llega a los oídos de los más jóvenes. En este sentido, es necesario impulsar la detección precoz de trastornos auditivos entre niños y adolescentes. Uno de los más comunes es la hipoacusia infantil; es decir, la pérdida auditiva en niños originada por la alteración del oído externo, medio o interno. Esta patología debe ser diagnosticado en los primeros meses de vida para adecuar el mejor tratamiento a cada menor. Los niños con pérdida auditiva necesitan un impulso para poder tener acceso a sonidos, palabras y ruidos que les ayuden en su desarrollo y crecimiento. Por eso, el papel de las nuevas tecnología se torna crucial en estas edades. En este trastorno, como en los casos de sordera profunda bilateral, los expertos recomiendan el implante coclear (IC). Algunos datos -  Para 2050, casi 2.500 millones de personas en todo el mundo vivirá con algún grado de pérdida auditiva -  Al menos 700 millones de ellas requerirán servicios de rehabilitación -  Actualmente, 430 millones de personas con pérdida de audición requiere servicios de rehabilitación Fuente: INE Elaboración: Departamento de Diseño: IM Ópticas Hombres Mujeres TOTAL 3,96 4,06 De 15 a 24 años 2,96 2,54 De 25 a 34 años 2,19 2,66 De 35 a 44 años 1,93 2,71 De 45 a 54 años 2,39 1,83 De 55 a 64 años 3,02 3,21 De 65 a 74 años 6,15 4,53 De 75 a 84 años 13,33 11,52 De 85 y más años 16,46 14,97 UTILIZACIÓN DE AUDÍFONO % ES NECESARIO IMPULSAR LA DETECCIÓN PRECOZ DE TRASTORNOS AUDITIVOS ENTRE NIÑOS Y ADOLESCENTES

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