IM OPTICAS nº 6

83 Baja tasa de aplicación Negación, vergüenza, estigma… Los motivos por los que no se detecta la pérdida auditiva pueden ser varios. Los familiares y amigos suelen ser, la mayor parte de las veces, los más conscientes del problema. Todavía no se realizan cribados para la detección de una de las enfermedades crónicas más prevalentes que afectan a los pacientes mayores, y los audífonos e implantes cocleares, pese a su eficacia para el tratamiento de la pérdida de audición, todavía tienen una tasa de penetración baja; tan solo de entre el 10 y el 25%. Con estos datos en la mano, no cabe duda de que hay que apostar por un enfoque más global del problema, enfocado en la sensibilización de los profesionales sanitarios, y de la sociedad en general, y la implementación de programas de detección precoz, diagnóstico e intervención, con un monitoreo óptimo para asegurar el logro de los beneficios deseados. Las causas de esta baja tasa en la aplicación de ayudas auditivas pueden ser las siguientes, según el 2º Libro Blanco de la Presbiacusia: • Negación del problema por la persona afectada. • Retraso en el momento de la adaptación de audífonos e implantes cocleares, en un sistema auditivo no estimulado durante un período de tiempo excesivo. • Desajuste entre las expectativas y los resultados obtenidos. • Estigma social asociado a la pérdida de audición que, como consecuencia del envejecimiento, conlleva una resistencia del paciente para llevar un audífono visible. • Abordaje parcial del problema, centrándose exclusivamente en el tratamiento de la pérdida de audición, olvidando que esta deficiencia aparece en un contexto de múltiples problemas asociados que también deben ser considerados. • Control inadecuado de los audífonos empleados. A nivel internacional, se han llevado a cabo variedad de estudios para estimar la prevalencia de la presbiacusia o de la hipoacusia asociada al envejecimiento, pero el uso de diferentes definiciones hace complicada la comparación. En España, uno de los estudios más recientes, ‘Prevalencia de presbiacusia en una población otológicamente normal’, publicado en 2020, estima que el 100% de los mayores de 80 años padecen presbiacusia, y que el grado de pérdida se incrementa con la edad, siendo leve en mayores de 60 y moderada en mayores de 72 años. Sin encontrar diferencias entre ambos sexos. Sea como fuere, en el Libro Blanco de la Presbiacusia, elaborado por GAES, estiman la prevalencia, que la sitúan entre un 2540% entre los mayores de 65 años; de un 40-66% los mayores de 75 años, y de un 80% en aquellos de más de 80 años.

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