La pirotecnia de la noche de San Juan puede provocar una pérdida auditiva de hasta el 50%

La explosión de un petardo puede generar entre 65 y 120 decibelios (dB), el nivel máximo que permite la Unión Europea, y provocar trastornos auditivos de forma temporal o incluso permanente.

23/06/2022

La noche de San Juan llega un año más para inundar las calles de hogueras, verbenas y petardos. Esta tradición, que tiene cautivados tanto a niños como a adultos, convierte la noche más ...

La noche de San Juan llega un año más para inundar las calles de hogueras, verbenas y petardos. Esta tradición, que tiene cautivados tanto a niños como a adultos, convierte la noche más corta del año en una de las más esperadas. No obstante, también es una de las noches en las que se incrementan las visitas a urgencias debido a las quemaduras, pero también "por alteraciones en los oídos y ojos debido al uso de petardos. Y es que, la exposición prolongada a niveles superiores de ruido o recibir fuertes impactos sonoros puede provocar lesiones auditivas", afirma el Dr. Juan Royo, jefe de Sección de Otorrinolaringología en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.

Según la Organización Mundial de la Salud, el nivel de sonido óptimo para nuestra salud auditiva se sitúa por debajo de los 65 decibelios. Contrariamente, cuando explota un petardo, se pueden alcanzar entre los 65 y los 120 decibelios (dB), que es el nivel donde se sitúa la barrera del dolor y donde la Unión Europea establece el límite. Aproximadamente, un petardo dirigido a los más pequeños oscila cerca de los 66 dB, uno de potencia moderada alcanza los 70-80 dB y uno de potencia elevada puede llegar a los 120 dB. Por lo tanto, para evitar que la pirotecnia ocasione lesiones importantes en nuestros oídos, es importante adoptar una serie de medidas de prevención y protección.

Lesiones auditivas por la exposición a altos niveles de ruido

La exposición a altos niveles de ruido puede ser causante de la pérdida auditiva. Una de las lesiones más habituales es el trauma acústico, que tiene lugar al estar expuesto a ruidos de gran intensidad y se caracteriza por un fuerte dolor en el oído. Esta lesión normalmente es de carácter temporal, pero dependiendo del nivel de gravedad podría llegar a ser incluso permanente.

Presenciar la explosión cercana de un petardo en el oído también puede producir blast timpánico, un traumatismo que implica la perforación del tímpano y provoca la pérdida de hasta un 50% de la audición y la aparición de acúfenos. Los acúfenos son la molestia más frecuente provocada por la exposición a altos niveles de ruido. El Dr. Royo afirma que "la persona afectada tiene la sensación de oír ruidos o pitidos en sus oídos, pero éstos no provienen de una fuente exterior. Esos molestos zumbidos pueden durar horas o días y, en los casos más extremos, pueden llegar a ser permanentes".

La mejor solución: prevenir

Para poder disfrutar plenamente de una noche como la de San Juan, los especialistas aconsejan protegerse y evitar situaciones que puedan ponernos en peligro. El mejor método para hacerlo es el uso de tapones específicos, que ayudan a reducir el impacto del ruido en nuestros oídos y además reducen el riesgo de posibles lesiones.

Por otro lado, es importante no situarse cerca del lugar de explosión de los petardos. Según la distancia entre la persona y el sonido y la intensidad de este, el riesgo de padecer problemas auditivos variará y los trastornos de audición podrán ser temporales o permanentes.

Los jóvenes de entre 15 y 25 años son los más aficionados al uso de petardos y artículos de pirotecnia en la noche de San Juan, pero son también el colectivo menos concienciado sobre la problemática del ruido y los peligros que comporta. Por ello, resulta de vital importancia promover su concienciación en aras de fomentar el cuidado de nuestra salud auditiva.

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