Cuidar tu salud visual en verano gracias al Instituto Oftalmológico Fernández-Vega

Las altas radiaciones solares, el cloro y las bacterias que se encuentran en el agua y el aire acondicionado son las principales amenazas para nuestros ojos en esta época.

27/06/2022

La llegada del verano lleva consigo un cambio de hábitos que puede tener efectos negativos en nuestros ojos. Algunos factores que afectan a la salud ocular son la radiación solar, el contacto con el agua, la arena, el calor o el aire acondicionado. "La gente está principalmente concienciada con proteger su ...

La llegada del verano lleva consigo un cambio de hábitos que puede tener efectos negativos en nuestros ojos. Algunos factores que afectan a la salud ocular son la radiación solar, el contacto con el agua, la arena, el calor o el aire acondicionado.

"La gente está principalmente concienciada con proteger su piel en la época estival, pero nos hemos encontrado que el cuidado de los ojos es todavía una asignatura pendiente", explica el Dr. Álvaro Fernández-Vega González, de la unidad de retina y vítreo del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV). Es muy importante mencionar que en verano la radiación solar aumenta exponencialmente y no solo es importante protegerse en días soleados, sino también en aquellos nubosos, ya que las nubes dejan pasar el 90% de la radiación ultravioleta.

El sol es el principal enemigo de nuestros ojos en esta época y puede ocasionarnos un gran número de afecciones si no tenemos cuidado, pero el pasar tanto tiempo en el mar o en la piscina, o exponernos durante largos periodos frente al aire acondicionado, también puede generarnos algunos problemas en la salud.

Situaciones que afectan a la salud ocular

Desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega explica que hay tres escenarios donde hay que ser precavidos en verano. El primero de ellos es estar bajo el sol y la exposición a los rayos UV en los ojos. Esto puede causar problemas como la queratitis actínica, que aparece tras una exposición prolongada sin una protección adecuada, y presenta fotofobia, dolor, lagrimeo y ojos rojos. El Dr. Fernández-Vega recomienda elegir unas buenas gafas de sol que estén homologadas y testadas, ya que estas filtran entre el 95% y el 100% de la radiación UV.

Además, pueden provocar degeneracions conjuntivales, que es un crecimiento anormal de la conjuntiva sobre la córnea debido a la sobreexposición solar. Esto puede causar ojo seco, lagrimeo o sensación de cuerpo extraño. Es importante reducir las horas de exposición solar, especialmente en las horas de más radiación. Además, en verano no hay que subestimar los reflejos de la luz, puesto que, al igual que pasa con la nieve, la arena de la playa y el agua reflejan la luz solar. En menor medida que las mencionadas anteriormente, los rayos UV pueden llegar a producir afecciones en la retina o incluso acelerar la aparición de cataratas.

Otro de los escenarios es el cloro en las piscinas y la sal de las playas. El cloro es necesario para mantener el correcto mantenimiento de las piscinas. Sin embargo, hay que tener cuidado con el contacto de esta sustancia en los ojos, ya que un exceso puede irritar y resultar perjudicial. Además, en las piscinas también se pueden encontrar algunas bacterias y microorganismos. Una de las más temidas es la Acanthamoeba, que puede producir queratitis graves.

El agua de piscinas y playas afecta al uso de lentillas. Las lentillas favorecen la sequedad en los ojos y la queratitis. Una de las patologías más graves entre los usuarios de lentillas es la queratitis por Acanthamoeba, una dolencia grave que requiere un tratamiento intensivo e incluso un trasplante de córnea, dejando secuelas graves en la visión. Por eso es importante extremar la higiene en su utilización, no bañarse con ellas ni abusar de su uso.

Para evitar el contacto directo con la sal, el cloro y los diferentes organismos que se encuentran en el agua. Una de las infecciones más recurrentes es la conjuntivitis, y por eso hay que intentar evitar compartir toallas, el maquillaje, el uso de lentillas y tocarse los ojos con las manos sucias.

Finalmente, desde el IOFV explican que las altas temperaturas obligan a que la mayoría de los lugares encienden el aire acondicionado. Los ojos se ven afectados, ya que el aire frio reseca más que el aire caliente. La mejor solución contra el ojo seco es el uso de lágrimas artificiales, que ayudarán a hidratar la superficie ocular y a disminuir la concentración de alérgenos y partículas.

Es importante que, antes de los viajes por carretera frecuentes en esta estación, revisemos la vista y acudamos al oftalmólogo. Podemos aplicar estos consejos tanto en verano como en el resto del año. Si los complementamos con unos hábitos de vida saludable como evitar la exposición al humo del tabaco, mantenerse hidratado o llevar una correcta alimentación y dieta equilibrada (elementos como el Omega 3 y las vitaminas A, C y E son beneficiosos para nuestra salud visual), estaremos dando la mejor protección a nuestros ojos.

Nuestros Podcasts