La importancia de la detección precoz ante determinados problemas de salud se ha convertido en una de las recomendaciones más asimiladas y puestas en práctica por parte de los pacientes. Las revisiones periódicas de la salud digestiva, ginecológica, urológica, pulmonar u oftalmológica son cada vez más frecuentes por parte de personas de diversas franjas de edad, aunque otras áreas igualmente importantes, como la auditiva, son todavía una materia pendiente por parte de muchos pacientes.

Así lo demuestra el estudio `La importancia de la audición: escuchar para cambiar el mundo´, promovido por Oticon, especialista tecnológico en desarrollo de audífonos, que concluye que más de un tercio de los españoles (36%) no ha revisado nunca su audición. Un dato agravado por el 62% de la población, que cree que la está cuidando adecuadamente y que, por tanto, no necesita controlar de forma periódica su estado.

"Al igual que otras áreas de la salud, el cuidado de nuestra audición implica dos fases sencillas de poner en práctica por parte de todos los pacientes. Por un lado, la prevención de situaciones que puedan perjudicar nuestra salud auditiva como, por ejemplo, la exposición continuada a ruidos fuertes; y por otro, una revisión periódica del estado de nuestros oídos por parte de un especialista. Este último es un proceso breve y de ejecución muy sencilla que, sin embargo, puede tener una influencia importantísima en nuestro bienestar", comenta José Luis Blanco, jefe de Audiología de Oticon España.

Durante la revisión del estado auditivo, el especialista se informa de los problemas que pueden afectar o haber afectado a la audición y realiza la revisión física del oído con el objetivo de detectar posibles irregularidades, lesiones o acumulaciones de cerumen. A continuación, realiza una valoración del nivel auditivo a través del análisis de la capacidad de respuesta de la persona ante sonidos de diferentes tonos e intensidades en el interior de una cabina insonorizada. Si se ha detectado alguna irregularidad, se puede completar con una prueba similar pero que utiliza palabras en lugar de tonos. Este estudio tiene una duración de unos 30 minutos.

Los expertos de Oticon recalcan que estas revisiones auditivas no deben ser esporádicas, sino que deben realizarse con periodicidad para asegurar una adecuada detección precoz de potenciales problemas de salud de nuestros oídos. Esto no es solo importante para aseguramos que nuestra capacidad de escucha es correcta, sino que puede ser fundamental para reducir el riesgo de desarrollar otros problemas de salud a largo plazo, como demencia, depresión o aislamiento social.

José Luis Blanco añade: "El verdadero órgano protagonista de la audición es el cerebro, y esto implica que, ante una situación de pérdida auditiva, el nivel de esfuerzo que tiene que realizar para facilitar la escucha es mayor. Este sobreesfuerzo no es natural y, por tanto, puede tener efectos perjudiciales para nuestra salud futura. Frente a esto, un adecuado cuidado de nuestra salud auditiva es fundamental, y esto incluye que no descuidemos un control periódico de nuestra audición por parte de un especialista".