Teresa Moreno Campos es óptico optometrista desde hace 33 años. Como ella misma cuenta, "quería desempeñar una profesión sanitaria desde el colegio. Mi primera opción no era estudiar óptica, pero el destino así lo decidió". "En la carrera, la parte más sanitaria, me encantó. Y aún hoy me sorprende que, desde la optometría, se pueden abarcar y explicar muchas de las cosas que a nivel fisiológico nos pasan", relata.

Su día a día en la óptica es "fundamentalmente en consulta. De hecho, es lo que más me gusta. Graduando, adaptando lentes de contacto, aconsejando sobre terapias visuales, higiene visual y otros aspectos", explica. Y añade: "La consulta da pie a interaccionar con los clientes de una manera muy estrecha. Además, tengo que solucionar los casos, estudiando las mejores opciones para ellos… Lo que implica ponerse al día con cursos, que la tecnología nos permite hacer online, lo que ha sido un gran avance".

Lo que más demandan sus clientes "son soluciones sencillas, prácticas y con una tecnología fácil de entender". Algo que Teresa Moreno pone siempre en práctica. Su especialidad "son las lentes de contacto para casos especiales. Puedo decir que lo disfruto mucho. Y si conseguimos los objetivos, es una satisfacción enorme, tanto para mí, como para el cliente", asegura.

Quizás es por ello que lo que más valora de su profesión es "poder solucionar problemas más o menos sencillos. Poder ayudar". No solo en el ámbito de la consulta, ya que como comenta, "me encantan las gafas, en particular las de sol. Así que asesorar, y que el cliente se vaya muy contento, me encanta".

Respecto a los cambios de la profesión en los últimos años, Teresa Moreno habla de tres aspectos. Por un lado, cree que "la profesión ha cambiado según han cambiado las tecnologías. Ahora es mucho más fácil ver determinadas cosas que antes solamente intuías", afirma. Destacando como uno de los avances de la profesión "aplicar la realidad virtual para evaluar aspectos en la forma de mirar o evaluar el movimiento ojo cabeza, por ejemplo", asevera. Por otro lado, comenta, "los clientes están mucho más informados. Por eso, nosotros tenemos que estar al día de todo lo que va saliendo". Y por último, considera que "nos valoran mejor que hace años, respecto a otras profesiones", concluye.

Algo que, según ella, se reafirmó durante la pandemia. En su opinión particular, "quedó claro que somos una profesión sanitaria y así fue considerada por el Gobierno. Desde entonces esa percepción no ha cambiado. Además se instauró un sistema de citas muy apropiado, que nos permite atender con el tiempo que cada caso necesita", constata.

En relación con el futuro de la óptica en general, postula que "se dirige a diferenciarse entre unas ópticas más comerciales, y otras con más valor añadido", afirma. Aunque, también asegura que lo que debería cambiar es que "todos los centros sanitarios de Atención Primaria deberían contar con un óptico optometristaen su plantilla como mínimo", concluye.