Como cualquier estudiante de último curso de bachillerato, Víctor Barreiro tenía dudas sobre qué carrera cursar. "Finalmente decidí estudiar óptica, por delante de otras carreras que también me llamaban la atención, como farmacia o fisioterapia", explica. Actualmente, lleva 20 años ejerciendo. Ahora, en Óptica Doce de Pontevedra.

Como en cualquier establecimiento óptico "hay muchas tareas diferentes a realizar en el día a día. Todas tienen una parte importante. Y, para dar un buen servicio al cliente, hay que cuidar el mínimo detalle. Tener un producto actualizado, una buena realización de pedidos, una atención personalizada, una buena revisión visual y un montaje preciso en el taller óptico", explica. Porque, en opinión de este óptico optometrista de Pontevedra, "cada día más, los clientes demandan una atención más personalizada. Quieren sentir que sus ojos están en buenas manos, tener una revisión completa y un buen asesoramiento para sus necesidades". Es por eso que Víctor Barreiro valora mucho "cuando un paciente se siente completamente satisfecho, después de haber depositado toda tu confianza en ti", afirma. Como cuando "un chico de unos 30 años, por falta de recursos, nunca se había podido costera unas gafas, y al hacerle la refracción me encontré con -14.00 dt. Yo pensaba, es imposible que nunca lo haya corregido, no se puede vivir así. El día que se puso sus gafas nunca olvidaré aquella cara. Aquella mezcla entre sonrisa y lágrimas", explica.

Respecto a los cambios de la profesión en los últimos años, Víctor Barreiro considera que "ha evolucionado mucho. Para mejor, desde mi punto de vista", asegura. Y aclara: "Cuando yo empecé a trabajar, prácticamente éramos vendedores de gafas, y hoy en día, los pacientes confían en nosotros su salud visual, demandando cada día más revisiones exhaustivas de su salud ocular".

Y no solo eso, también destaca los muchos avances en la óptica optometría. Sobre todo, "el poder controlar el avance de la miopía desde edades tempranas, ya sea gracias a la última tecnología en lentes de contacto, cristales y otros métodos alternativos", constata.

Unos cambios en su profesión que tiene claro hacia dónde les va a llevar en el futuro. Para Víctor Barreiro, la profesión "cada día tiene más introducción en la rama sanitaria. Y en un futuro, será habitual ver optometristas en centros hospitalarios", profetiza.

Sin embargo, para conseguirlo, algunas cosas deberían cambiar. Víctor Barreiro considera que en su profesión "hay empresas que se dedican simplemente a dar un servicio barato para atraer cliente, sin importarles la calidad de los productos necesarios para cubrir la necesidad del cliente. Este tipo de prácticas considero que no son favorables para el prestigio del sector", afirma. Para concluir con un deseo: "Me gustaría que el sector óptico estuviera más unido. Así la sociedad nos vería con mejores ojos, y no crearíamos dudas sobre si la gente paga lo justo por los servicios que prestamos".