España es el quinto país europeo con mayor mercado de lentes de contacto

Del 85% de los usuarios que requieren corrección visual en nuestro país, solo el 5% lleva lentes de contacto. Sin embargo, el crecimiento del sector es exponencial: de 2021 a 2022 aumentó el 9,5% en valor.

13/02/2024

Se estima que, en España, 2,5 millones de personas son portadoras de lentes de contacto. Dichas lentes pueden tener muchas indicaciones, desde el puramente cosmético (lentes que cambian el color del iris) a tratamientos de control del aumento de la miopía en edad de crecimiento (ortoqueratología) o terapéuticas como protección ...

Se estima que, en España, 2,5 millones de personas son portadoras de lentes de contacto. Dichas lentes pueden tener muchas indicaciones, desde el puramente cosmético (lentes que cambian el color del iris) a tratamientos de control del aumento de la miopía en edad de crecimiento (ortoqueratología) o terapéuticas como protección o reservorio de medicamentos oculares, utilizándose muy diversos tipos de materiales. La contactología es la especialidad de la optometría que se encarga de la evaluación, adaptación y control de dichas lentes de contacto sobre la córnea del ojo.

Cabe señalar también que la evolución de las lentillas "ha ido de la mano del avance tecnológico de los materiales para su producción, hasta que actualmente se ha conseguido un gran nivel de tolerancia de las mismas", seña la Sociedad Española de Contactología (SEC). Aunque clásicamente se han usado para corregir defectos de refracción o para córneas con irregularidades, con el objetivo de mejorar la agudeza visual, en los últimos tiempos se están viviendo cambios en el área de la contactología, como el uso en niños para el control del crecimiento de la miopía, diseños especiales para la presbicia o como marcadores para identificación de datos biométricos (chips incorporados para medir tensión ocular, glucosa, cito quinas inflamatorias, etc.)

En cierto modo, resume la SEC, "podríamos decir que actualmente la evolución va más en función de los diseños y de su utilidad terapéutica, más que de los materiales de las lentes".

Por lo tanto, una adaptación de lentes de contacto se puede comenzar ante cualquier defecto visual, no distinguiendo en edad ni tipo de defecto, sino más bien por los beneficios que pueda proporcionar frente a los inconvenientes. En este sentido, actualmente se pueden usar para compensar todos los defectos ópticos: miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia. Incluso están indicadas en algunas enfermedades de la córnea (queratocono), o como protección corneal (lentes terapéuticas).

¿Cuántos tipos de lentes de contacto existen?

En cuanto al modo de clasificarlas, se tienen en cuenta aspectos como los materiales o las modalidades disponibles. De acuerdo al Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas español, se pueden dividir en cinco modalidades.

Las lentes de contacto blandas presentan una textura agradable, resultan cómodas, fáciles de adaptar y apenas se desplazan en el ojo. Los avances en los materiales han llevado al desarrollo de una nueva generación de lentes blandas, denominadas hidrogel de silicona, que permiten una mayor oxigenación de la córnea, garantizando una mejor salud de la superficie ocular.

Este tipo de lentes son perfectas para los deportistas y para todas aquellas personas con estilos de vida muy activos, aunque según las necesidades se pueden elegir entre tres subtipos. Por un lado, las desechables o de reemplazo diario, que son de un solo uso, se presentan en envases individuales y permiten estrenar un par nuevo cada mañana y desecharlo al final del día.

Un término medio ofrece las reutilizables, dado que son aptas para ser usadas todos los días durante un cierto número de semanas, normalmente un mes. Son más económicas que las desechables de reemplazo diario, pero requieren la utilización de soluciones de mantenimiento. Y siempre se deben respetar los plazos de reemplazo para evitar la formación de depósitos de proteínas en la lente y otras complicaciones.

Las de uso prolongado, por su parte, están diseñadas para uso continuado, tanto por el día como por lo noche, durante un cierto número de semanas, dependiendo del fabricante. No es necesario quitárselas para dormir, aunque no siempre se recomiende llevarlas todas las noches: el uso continuo sin recomendación ni control profesional puede influir en la acumulación de microorganismos en las lentes e incrementar el riesgo de infecciones y otros problemas. Este tipo de lentes son perfectas para los deportistas y para todas aquellas personas con estilos de vida muy activos.

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