IMOPTICAS nº 1

66 L a visión es uno de nuestros sentidos más preciados y, sin embargo, muchas veces no le prestamos la suficien- te atención y cuidado. Utilizamos los ojos para mirar y el cerebro para ver: trabajar, descubrir las maravillas del mundo, reconocer a nuestras personas queridas o leer. Pero, no le damos importancia hasta que detectamos algún problema. Nuestra salud visual debería ser prioritaria para prevenir en- fermedades y disfunciones oculares, y más allá de acudir al especialista visual para descubrir y prevenir posibles anomalí- as, cuidar nuestra visión en nuestro día a día es posible con simples gestos que pueden ayudarnos. Considerar las normas posturales y ergonómicas básicas, recurrir si es necesario al uso de lubricantes oculares, usar las gafas y lentes de contacto de manera adecuada, utilizar la tecnología de forma responsable estableciendo pautas de descanso en la actividad continuada con pantallas y evitar cansar nuestra vista innecesariamente, deberían ayudarnos a disfrutar durante más tiempo de una vi- sión cómoda y saludable Consejos y prevención Aunque algunos problemas visuales no tienen fácil preven- ción, sí que podemos seguir algunos consejos para protegerla mejor y evitar algunas afecciones. Es importante visitar al óptico optometrista o al oftalmólogo con cierta frecuencia, especialmente si tenemos anteceden- tes, enfermedades sistémicas o hemos pasado de los 50 años. Frente al problema, el especialista marcará la pauta a seguir y su tratamiento. Muchas patologías de retina como el glau- coma o la degeneración macular en fases incipientes no dan síntomas evidentes de pérdida visual. Es recomendable, durante la infancia, visitar al especialista al menos una vez, antes de los cuatro años, para comprobar el buen funcionamiento visual del menor. En la adolescencia, lo ideal sería una visita cada año. En los adultos hasta los 40 años, sin sospecha de patologías oculares o de vías ópticas, los inter- valos de visitas pueden alargarse hasta los dos años. Mientras que a partir de los 40, edad en la que empiezan los primeros síntomas de vista cansada, por ejemplo, este intervalo debe acortarse, llegando a una visita anual a partir de los 65 años, salvo que la presencia de patología exija un control más fre- cuente. En cualquier caso, al primer indicio de problema, ya sea de vista borrosa o daño ocular, conviene acudir al especia- lista para su valoración. Otro factor preventivo importante es la alimentación. Produc- tos ricos en magnesio, vitamina A y C son fundamentales para una visión saludable. Es indispensable protegerse del sol con gafas que equipen fil- tros de protección adecuados, tanto en verano como en invier- no, puesto que los rayos ultravioleta e infrarrojo pueden dañar nuestros ojos. Mantener los ojos hidratados con lubricantes oculares en el caso en que padezcamos de déficit lagrimal. Si usamos gafas, debemos tener la graduación actualizada para evitar una visión incómoda e ineficiente con probables problemas a medio plazo. De igual modo, el uso de lentes de contacto, obliga a limpiarlas siempre a conciencia porque, de no hacerlo, podemos contraer una infección ocular. En ese sentido, también es importante retirar completamente el ma- quillaje de los ojos, ya que la acumulación de suciedad en su entorno puede causar molestias favoreciendo la aparición de irritaciones oculares. Una buena iluminación y el uso moderado de las pantallas también ayudarán a nuestra vista. La utilización creciente de nuevas tecnologías, que nos sitúan frente a pantallas de mó- viles, tablets, ordenadores o televisores durante gran parte del día, provoca una tensión sobre el sistema que favorece la apa- rición cuando no la manifestación de problemas visuales. Beneficios y perjuicios de la luz azul La luz azul es parte de la luz visible, la región del espectro electromagnético que el ojo humano es capaz de percibir. La emiten tanto fuentes naturales, como el sol, como fuentes ar- tificiales como los dispositivos electrónicos. Está documentado que la luz azul, especialmente la conocida como “azul turquesa”, es esencial para nuestra salud, ya que ¿Qué consecuencias ha tenido la pandemia en la salud visual? Según el primer informe “ La salud ocular en tiempos de pandemia ”, realizado por Miranza, un 30% de los es- pañoles considera que sus problemas visuales han em- peorado desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, la mayoría de ellos (75%), también afirma que durante este periodo no ha acudido al especialista. El miedo a los contagios o la saturación de los centros hospitalarios ha provocado que exista un retraso en los controles de pacientes críticos y, por tanto, un empe- oramiento en su estado visual. Al igual que existe una mayor demora en la detección de diagnósticos. Del mismo modo, el aumento de horas ante las panta- llas, ocasionadas por el confinamiento, ha disparado otros problemas oculares más leves, como el síntoma del ojo seco o la fatiga visual. Y, aunque la solución pasa por hacer descansos visuales o por lubricar los ojos con lágrimas artificiales, no está de más acudir al especialista. En este sentido, el informe de Miranza constata un au- mento de la cirugía refractiva y de tratamientos estéticos alrededores de los ojos, derivados del uso de la masca- rilla. La incomodidad de usar gafas con la mascarilla o poner el punto de atención en la mirada, son algunas de las causas. Eso sí, siempre deben hacerse de manos de expertos, tanto para compensar las disfunciones refrac- tivas, acomodativas o binoculares, como para tratar los temas estéticos de la zona superior del rostro.

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