IMOPTICAS nº 1

67 estimula la agudeza mental, ayuda a la memoria, eleva el es- tado de ánimo y regula el ritmo circadiano (el ciclo de sueño y vigilia de nuestro cuerpo). Sin embargo, la luz azul morada, de mayor energía, puede favorecer la sequedad ocular, la blefa- ritis, el cansancio ocular, astenopia acomodativa o de conver- gencia, que pueden derivar en dolores de cabeza y malestar general, y una mayor propensión a la miopía, especialmente en adolescentes. Al tiempo que, si se abusa de dispositivos eléctricos durante la noche, puede alterar el ritmo circadiano, provocando insomnio y fatiga diurna especialmente en indivi- duos predispuestos. Otro de los problemas que originan las pantallas es que la gente pasa demasiado tiempo sin parpadear y sin alejar y acercar la vis- ta. Por ello, los ópticos optometristas recomiendan la regla 20-20- 20, que consiste en mirar a lo lejos (unos 20 pies que son unos 6 metros) moviendo los ojos y parpadeando, durante 20 segundos, cada 20minutos. En algunos casos puede resultar efectivo el uso de gafas con filtro para luz azul, para minimizar su impacto en ca- sos de especial sensibilidad a la luz de las pantallas. Salud visual en pandemia Precisamente, este tipo de dolencias se ha visto incrementado a causa de la pandemia. Como en la mayoría de aspectos de nuestra vida, el Covid-19 también ha afectado a la salud visual y no precisamente de forma positiva. Por un lado, el elevado número de horas ante las pantallas, a causa del teletrabajo y del confinamiento, ha derivado en muchos casos en fatiga vi- sual y visión borrosa, así como en un aumento de miopía entre los menores, a consecuencia del exceso uso de pantallas, su- mado a la falta de actividad al aire libre. Por otro lado, el uso de la mascarilla también ha tenido efec- tos secundarios en la salud visual. El flujo de aire que genera la mascarilla desestabiliza la película lagrimal, provocando se- quedad en los ojos. Mientras que los que usan gafas, el hecho que se les empañen constantemente los cristales representa una dificultad añadida. Además, aunque el Covid-19 es una enfermedad respiratoria, se han detectado casos en los que la conjuntivitis se ha su- mado a sus síntomas. Un informe del Hospital Clínico San Car- los de Madrid ha establecido una relación entre coronavirus y conjuntivitis, afirmando que esta afección visual puede ser uno de los primeros síntomas del virus y que uno de cada diez pacientes contagiados podrá desarrollarla. Otras de las consecuencias de la pandemia es el descenso en visitas al especialista por miedo a contagios. Lo que ha pro- vocado que algunos diagnósticos se demoren, que algunas afecciones se agraven o que exista un retraso en la aplicación del tratamiento, con el consiguiente perjuicio para el paciente. Disfunciones visuales, enfermedades y patologías ocula- res más frecuentes. Las disfunciones visuales más habituales pueden ser de tipo refractivo (miopía, hipermetropía, astigmatismo acompañado o no de las anteriores), de tipo acomodativo (ya sea de origen estructura,l como la “presbicia”, o funcional como el déficit acomodativo en las personas jóvenes) o binoculares, ligados a problemas en la visión conjunta y coordinada de ambos ojos (de difícil o nulo control como los “estrabismos” o tropias, o de más fácil control como las “forias”). También puede ir ligadas a la motilidad ocular (movimientos de fijación, sacádicos o de seguimiento), de coordinación óculo manual o de percepción del color (discromatópsias), por ejemplo. Las enfermedades más frecuentes suelen ser alteraciones ocu- lares como inflamaciones de la conjuntiva (de origen mecá- nico, químico, bacteriano o vírico) y/o de la córnea (querati- tis). La presión intraocular alta como uno de los factores que pueden conducir al glaucoma, las cataratas o la degeneración macular, por ejemplo. El desprendimiento de retina es una de las condiciones que exigen atención oftalmológica urgente. Hay pacientes con todo tipo de dolencias relacionadas con la visión. Las enfermedades de los ojos más comunes se manifi- estan a través de síntomas como la visión borrosa, manchas, resplandor en la noche, fatiga ocular, ojos secos, etc. Si tene- mos que enumerar las más comunes, hablaríamos de dalto- nismo o discromatopsia que es la deficiencia en la visión de colores; miopía, enfermedad en la que el paciente ve mal de lejos, pero muy bien de cerca; hipermetropía, que permite ver perfectamente los objetos lejanos, no así los cercanos; presbi- cia a vista cansada; astigmatismo, cuando la visión está desen- focada a cualquier distancia; glaucoma, cuando la presión in- terna del ojo aumenta hasta dañar el nervio óptico; cataratas, cuando hay opacidad en el cristalino del ojo; o conjuntivitis, una inflamación de la membrana interna de los párpados cau- sada generalmente por una infección. Muchas de las patologías oculares pueden surgir como resul- tado o como parte de infecciones o complicaciones de enfer- medades sistémicas (de todo el cuerpo, como la hipertensión arterial o la diabetes), pero hay muchas de ellas en las que el factor hereditario es fundamental para tener una mayor predis- posición a padecerlas. Tal es el caso del glaucoma o la degenera- ciónmacular. de lamiopía, del estrabismo o del astigmatismo. El daltonismo es una alteración ligada a la herencia, generalmente por vía materna, con carácter recesivo en la madre. Predispuestos o no a padecerlas, lo ideal es prevenir y cuidar nuestra salud visual. No olvidemos que los ojos son uno de nuestros sentidos más extraordinarios, nuestras terminales de recogida de información para que el cerebro pueda ver, interac- tuando con el mundo, descubriendo las grandes y las pequeñas cosas que nos rodean para disfrutar más y mejor de la vida. EL MIEDO A LOS CONTAGIOS HA HECHO DESCENDER LAS VISITAS OFTALMOLÓGICAS, CON CONSECUENCIAS GRAVES PARA ALGUNOS PACIENTES

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=