IM OPTICAS nº 14

42 guir la mejor agudeza visual puede ser, en bastantes casos, insuficiente. Por ejemplo, un présbita que con sus nuevas gafas de cerca es capaz de discriminar la textura de las alas de una mosca, en cambio se queja de incomodidad visual al leer debido a que, además de la presbicia, padece una insuficiencia de convergencia que empeora con el efecto de los lentes positivos. Otro caso similar es el de una persona, usuaria habitual de premontadas, que decide pasar por el gabinete para hacerse unas gafas adaptadas a sus necesidades. Con su flamante y personalizada ayuda óptica consigue una mejor agudeza visual, esto es, una mejor ‘vista’, gracias a la compensación del astigmatismo que manifiesta, pero no se encuentra tan cómoda de cerca como con sus anteriores gafas premontadas. Al manifestar una endoforia significativa de cerca, el efecto prismático, en base temporal, inducido por los lentes descentrados de las gafas premontadas, permite reducir el recorrido de compensación de la endoforia, favoreciendo la comodidad y estabilidad binocular aún a costa de perder nitídez. Si en el examen optométrico se hubiera evaluado la visión binocular de cerca, la incorporación de un efecto prismático en base temporal, ya sea con prismas de ayuda o por descentrado hacia afuera de los lentes convergentes, habría resuelto el conflicto: dispondria de una buena vista y además de una buena visión. En definitiva, una buena agudeza visual no necesariamente implica una buena visión, por esa razón es básico contemplar la binocularidad a todas las distancias, de manera sistemática y universal. 3. EL VALOR DEL CONTEXTO La mejor prescripción óptica no es necesariamente la que uno tiene, sino la que uno necesita. En este sentido hay dos aspectos relevantes. El primero va ligado a las condiciones de examen; la mayoría de gabinetes suelen tener una distancia a la pantalla de optotipos, en el mejor de los casos, a cuatro metros. Aunque podamos configurar la pantalla, para ajustar los tamaños de los optotipos a la distancia de valoración, el esfuerzo acomodativo sigue siendo el mismo. MUCHAS DISFUNCIONES VISUALES BINOCULARES NO ESTRÁBICAS O ACOMODATIVAS PASAN DESAPERCIBIDAS PORQUE LA VISIÓN ES TAN PERSONAL COMO INTRANSFERIBLE Por ejemplo, un hipermétrope cuyo positivo tolerable esta en +2 D, a cuatro metros el valor tolerable se mostrará con +2.25, de tal modo que aunque apliquemos la norma de ajustar un 0.25, para que la persona no vaya como un pato mareado con sus nuevos progresivos, acabará usando igualmente su valor límite de tolerancia en espacios de más de cuatro metros. Con lo que, especialmente si el cambio refractivo es significativo, se quejará de estar cómoda en su casa pero no tanto por la calle. El segundo aspecto lo podríamos ligar con el anterior. Por el contrario, apurar positivos hasta el límite tolerable, en monofocales, para un informático con una presbicia incipiente es una buena opción. No solo porque pensar en una adición, sobre el valor tolerado, es poco recomendable, ya que resulta ser ligeramente exofórico y, por tanto, los positivos le acentúan su condición, sino que, además, como nunca ha usado gafas, la mejora será igualmente significativa, además las piensa usar en entornos de despacho porque ni siquiera conduce. En el caso de un conductor miope que conduce muchas horas, a menudo en condiciones de visión nocturna, la cuestión es distinta. Habrá que tener en cuenta que la miopia subjetiva a cuatro metros aparecerá con un 0.25 D por debajo y, por tanto, en conduciones de infinito óptico, y de noche, acusará esta hipocompensación. El mismo perfil visual, en un conductor ocasional y que trabaja habitualmente en despacho, es adecuado mantener este valor manifestado a cuatro metros. Para este, una hipocompensación de 0.25 D no es un problema en la mayor parte de condiciones laborales. Recordemos, de paso, que el sistema visual fluctúa de la relajación a la tensión y que, previo a todo, la evaluación visual siempre ha de partir de la primera, empezando desde los valores monoculares más positivos o menos negativos y desde los valores de prisma más nasales o menos temporales. En un mundo en el que la visión a distancias cortas es predominante, la tensión visual domina frente a la relajación y este aspecto hemos de tenerlo omnipresente. Autor: Lluis Bielsa Elies, òptic optometrista, Vicepresidente de Visión y Vida y Delegat de Barcelona del Col·legi Oficial d’Òptics Optometristes de Catalunya CONTEMPLAR LA MEJOR AYUDA ÓPTICA PARA CONSEGUIR LA MEJOR AGUDEZA VISUAL PUEDE SER, EN BASTANTES CASOS, INSUFICIENTE

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