IM OPTICAS nº 5

37 de contacto es lo que te puede faltar, y tienes que trabajarlo para que no falte, pero a día de hoy puede ser perfectamente la mejor opción”, comenta. La lente tórica se utiliza exclusivamente para corregir el astigmatismo. “Lo que tenemos son distintos diseños en función de dónde es la fuente del astigmatismo”. Y así lo ejemplifica: “Si es un astigmatismo corneal, si es un legítimo interno, incluso si es un astigmatismo irregular, que ya supondría algo mucho más complejo, pero en principio sirve para compensar el astigmatismo en todas sus vertientes”. En relación con las ventajas de las lentes tóricas, Piñero menciona “la posibilidad de ir sin gafas teniendo muy buena visión”. En este sentido, “a día de hoy son materiales muy cómodos, los laboratorios han hecho una labor de desarrollo espectacular y tenemos de todo para conseguir acertar”. Como desventaja encontramos que “es una lente que si no está completamente estable el resultado es malo”. Es decir, “una lente que rota, que no está estable, nos puede producir problemas de fluctuación visual, de una visión no del todo satisfactoria, de incomodidad”. Adaptación, estabilidad y factores anatómicos El proceso de adaptación es vital en el caso de las lentes tóricas. Según Piñero, “en una lente teórica el hecho de que se produzca un pequeño giro hace que se disminuya la eficacia del poder de corrección”. Si además oscila, “ya no es que pierda poder, es que encimamarea porque la corrección no es estable”. Por eso mismo, “es especialmente importante la adaptación en el caso de las lentes tóricas”. El diseño influye mucho en la estabilidad de las lentes tóricas, una de las cuestiones que Piñero trató en su ponencia, haciendo un repaso de todos los sistemas de estabilización que hay en el mercado, “porque cada uno tiene un principio diferente y, en función del caso que tengas delante, puede ocurrir que un sistema de estabilización no sea eficaz y el otro sí”. Por eso, a veces, “cuando no conseguimos de ninguna manera estabilizar una lente tórica, vemos que hemos cambiado parámetros, no estabilizamos, hay que plantearse sinceramente que hay un cambio de diseño y no pasa nada”. Por suerte, “todos los laboratorios tienen distintos sistemas de estabilización en diferentes lentes, para que se pueda tener acceso a todas”. Por otro lado, los factores anatómicos también influyen en la estabilidad de las lentes tóricas, especialmente el párpado. “El párpado es uno de los problemas en las lentes tóricas, porque dependiendo de cómo sea, cómo esté, digamos, la posición de la apertura para quebrar y cómo traccionen en sus párpados, puede generar que la lente, incluso por mucho que nosotros intentamos estabilizarla, rote”. Porque, en casos con ciertas peculiaridades a nivel del párpado, “quizás es recomendable utilizar sistemas de estabilización mucho más potentes, porque sabemos que la lente va a tener más tendencia a rotar en el sentido incluso de las agujas del reloj o del sentido contrario”, concluye. “NO CREO QUE HAYA NINGÚN PACIENTE A DÍA DE HOY QUE NO SE PUEDA CORREGIR CON LENTE TÓRICA”

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