IM OPTICAS nº 5

73 treas e impactos de láser, que aplicamos directamente en la retina, sobre la zona a tratar”. Las enfermedades que más se han desarrollado Según el doctor, un gran avance han sido las inyecciones intravítreas que nos permiten tratar enfermedades como la DMAE en su forma húmeda, las complicaciones de la alta miopía o el edema macular diabético (complicación de la retinopatía diabética), entre otras. “Son un grupo de fármacos que desde su aparición se han mejorado y, por ejemplo, ahora son necesarias menos inyecciones a lo largo del año, lo que es más cómodo para nuestros pacientes”. También han mejorado los instrumentos y equipos con los que operan a sus pacientes. Por ejemplo, los vitrectomos, que son las máquinas que usan para operar a la mayoría de ellos. “Dicho así, es probable que no se perciban como grandes avances, pero son muy apreciados a nivel médico, porque nos permiten ofrecer resultados más precisos y, por lo tanto, mejores a nuestros pacientes. De hecho, junto a otros compañeros retinólogos de IMOGrupo Miranza, he contribuido a desarrollar muchos de ellos”. Otro aspecto destacable por el experto es la mejora de los equipos diagnósticos, que son claves no solo para dar con la enfermedad, sino que gracias a su precisión podemos detectar lesiones en fases muy iniciales, “lo que permite abordarlas precozmente y con mejor pronóstico”. Investigaciones y tratamientos El experto manifiesta que veremos mejoras en terapias con fármacos intravítreos, así como en los equipos de diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la retina. “Como ejemplo diría que desde hace algunos años hemos integrado la cirugía 3D a nuestra práctica clínica y, a día de hoy, operamos a ciertos pacientes con esta tecnología. Tradicionalmente, los oftalmólogos operábamos a través de un microscopio y con la cirugía 3D miramos directamente a una pantalla, con mayor resolución. Sin duda, creo que el futuro de muchas cirugías oculares será 3D”. Por otro lado, García-Arumí nombra los avances en la investigación básica y clínica de enfermedades que, hoy por hoy, no tienen cura y conducen irremediablemente a la ceguera. “En un futuro no muy lejano esperamos ver cómo enfermedades hereditarias, como las distrofias de retina o la DMAE seca, se tratan eficazmente con terapias génicas o celulares”. En estos esperanzadores tratamientos trabajan diariamente en IMO Grupo Miranza, a través de un equipo de investigación y un laboratorio propio, ubicado en su sede de Barcelona. Asimismo, otras líneas de investigación se centran en el desarrollo de tecnologías de visión artificial, también para personas con enfermedades oculares irreversibles que causan muy baja visión o ceguera. “En nuestra clínica, por ejemplo, estamos implicados en el desarrollo de un chip de visión artificial para la DMAE seca, que, como decía anteriormente, no tiene cura”. Además, vaticina que la Inteligencia Artificial también se postulará con nuevas herramientas que nos permitirán ofrecer diagnósticos y tratamientos más precisos y personalizados a los pacientes, así como información completa sobre cómo evolucionarán. Retos de la SERV Como presidente de la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV), el doctor afirma que en esta entidad siguen distintas líneas estratégicas. Sus objetivos pasan por incrementar el tratamiento y el diagnóstico de las enfermedades de la retina, lograr que los retinólogos estén actualizados sobre los avances en la especialidad y adelantarse a estas novedades, formar a las nuevas generaciones: “Tenemos el programa SERV40, dirigido a jóvenes oftalmólogos, de menos de 40 años y a residentes, es decir a los que tienen menor experiencia”. Y también dar a conocer las enfermedades que afectan a la retina al público general: sus factores de riesgo y síntomas principales para lograr un diagnóstico a tiempo y eficaz. Revisiones oculares periódicas El doctor recuerda la importancia de las revisiones oculares periódicas. “El principal motivo es que nos permiten detectar precozmente y abordar a tiempomuchas enfermedades y esto repercute directamente en el pronóstico del paciente”. En este sentido, destaca que algunas enfermedades como el glaucoma no dan síntomas en sus fases iniciales (el paciente no nota pérdida de visión, ni dolor) y cuando el paciente comienza a notar que no ve bien, ya no se puede recuperar. “Por lo tanto, al igual que visitamos anualmente a otros especialistas, es importante que también se incluya a los profesionales de la salud visual en el calendario. No olvidemos que tener una buena visión es sinónimo de una buena calidad de vida”, puntualiza. ¿Qué son las membranas epirretinianas que cada vez se diagnostican con mayor frecuencia? Una membrana epirretiniana macular (MEM) consiste en el crecimiento anormal de tejido en la superficie de la retina y este puede afectar a la zona de la mácula (centro de la retina), según el doctor García-Arumí. “En ocasiones este tejido se contrae y el paciente experimentamala visión y ve las imágenes deformadas o las líneas torcidas”. El tratamiento de la MEM es muy eficaz (el 80% de los pacientes mejora la visión) y consiste en una cirugía llamada vitrectomía, que aborda el problema ocular desde el interior del ojo, a través de microincisiones, que diseccionan el tejido con microinstrumentos muy precisos. Se diagnostica con mayor frecuencia, probablemente, porque cada vez vivimos más años y la MEM suele aparecer a partir de los 50 años, en palabras del doctor. “Y, otra explicación es que cada vez los pacientes son más conscientes de la importancia de las revisiones periódicas y estas nos permiten detectar enfermedades que antes no se diagnosticaban asiduamente”, aclara.

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