IM OPTICAS nº 9

13 que después se evaluó”. Consistía, por la parte más académica, “en el CV, notas de los últimos años y dos cartas de recomendación de personas que pudieran constatar nuestro trabajo, experiencia o relación con el campo de la óptica”. Por otro lado, “tuvimos que presentar también un escrito respondiendo a dos preguntas, distintas para estudiantes de grado y máster”. En su caso, la primera pregunta era sobre algún trabajo de investigación, de laboratorio o algún proyecto de clase; por lo que explicó “la motivación, planteamiento y resultados de parte del trabajo que desarrollé para el Trabajo de Fin de Grado el año pasado”. La segunda pregunta, más personal, “estaba enfocada a metas relacionadas con la óptica y la fotónica”. Lo último fue adjuntar un presupuesto, es decir, “un documento con un esquema aclarando en qué invertiríamos el dinero, desglosado en distintas categorías que nos señalaron”. Sin embargo, “a nivel anímico el proceso fue algo más complicado”. Y confiesa: “La verdad es que pedí la beca gracias a una compañera del máster, que me motivó e incluso consiguió el contacto de una de las ganadoras del año pasado”. Y, aunque “resultó muy alentador y, sobre todo, muy real, cuando llegó el momento de prepararlo todo, todo eran dudas y estuve a punto de no presentarlo”. Haber obtenido una de las 20 becas “supone una alegría enorme” y se siente “muy afortunada”. Y añade: “Supongo que nadie echa la solicitud pensando que va a conseguir la beca, pero la verdad es que no me lo creía cuando abrí la carta, la tuve que leer dos o tres veces”. Es, por supuesto, “una oportunidad muy buena, y espero aprovecharla al máximo”. Tanto por el aspecto económico como por el programa de mentorado, “supone un gran apoyo para una carrera profesional, y creo que me va a aportar mucho, tanto a nivel académico como en el desarrollo personal de los próximos años”. Sin embargo, “diría que lo que más ha supuesto, a corto y probablemente a largo plazo, es una motivación enorme, y muchas ganas de seguir aportando en este campo, y de devolver, de alguna forma, todo lo que me está dando”. Un sector desconocido Empezó a tener curiosidad por la rama del sector óptico en el tercer curso del grado, con las primeras asignaturas de óptica. Las asignaturas cubrían aspectos bastante básicos, “pero me gustó el hecho de poder explicar fenómenos cotidianos y cosas que podemos ver directamente a partir de una base física sólida”. No obstante, “cuando realmente decidí que quería dedicarme a este sector fue durante el último año de grado, es decir, el año pasado”. Por un lado, “la parte académica fue un empujón, porque disfruté mucho las asignaturas que tuve de esta rama, profundizamos más en distintas fenomenologías y me di cuenta de cómo realmente es un campo en el que, desde el punto de vista físico, confluyen muchas ramas y, que a la vez, nutre a muchas ramas”. En su opinión, dentro de la Física, “el campo óptico tiene un papel u otro según el contexto”. Considera que, por lo general, “en la sociedad es un sector bastante desconocido”. Dice que en algunos contextos tiene poco peso, aunque, incide, no se refiere a que no sea relevante, sino a que no se le otorga la relevancia que tiene: “La óptica y la fotónica están en todas partes, desde en las gafas que llevamos hasta en los sensores con fibras para

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=