IM OPTICAS nº 5

44 españoles de los establecimientos sanitarios de óptica (ESO). Preguntada sobre a dónde acudiría primero si tuviera algún problema de salud, la población “sana” que iría a una óptica ya supone el 26% del total (en 2017 lo era tan solo el 16%). Es, de hecho, la única opción que aumenta respecto a la anterior oleada. En cambio, desciende el porcentaje de los que considerarían los centros de salud (33%) o el oftalmólogo privado (32%) como los servicios de atención prioritarios. Llama la atención cómo surgen otras alternativas que no se contemplaban en la oleada precedente: acudir a un oftalmólogo en general (4%); a un especialista de la seguridad social (2%); a un hospital o a un oftalmólogo que trabaje en estos centros hospitalarios (2%), y a un especialista en general (1%). Por edades, los ESO son menos cercanos a los mayores de 56 años (solo un 3% acudiría a ellos como primera opción); todo lo contrario que para los jóvenes de 18 a 35 años (su respuesta para el 39%). Ópticas de barrio y de cadenas se visitan casi por igual Casi uno de cada dos entrevistados (46%) afirma haber visitado una óptica en el último año, hábito más interiorizado en las mujeres entrevistadas (50%). La mitad lo sigue haciendo a un establecimiento independiente o de barrio (50%), aunque cada vez más gente ha decidido acercarse a algún local vinculado a cadenas o grupos con varias ópticas (47%). Sobre si la crisis económica ha logrado influir de alguna manera a la hora de visitar un ESO, nueve de cada diez usuarios creen que el impacto ha sido poco o nulo. Eso sí, el confinamiento hizo que se alterase su nivel de visita a los centros de salud (fue así para el 21%), mientras que se notó menos en el caso de las ópticas y las consultas de oftalmología privada (7%). Importa más el trato del profesional que el precio Cuando una de las personas entrevistadas va a su óptica habitual, lo hace por la atención profesional y no por el precio, según la inmensa mayoría de encuestados (90%). Lo consideran así los clientes de ópticas independientes (91%), y de cadenas o grupos (90%). Esto muestra para los autores una mayor homogeneidad respecto al año 2017. “En la oleada anterior, se comprobó que los usuarios de cadenas o grupos se ven movidos, en mayor medida que el resto, solo por motivos económicos u ofertas”, señalan. En todo caso, son los jóvenes los que se ven más influenciados por ofertas o descuentos (11%) que por la calidad de la atención optométrica profesional. Siete de cada diez encuestados reconocen que las ópticas fueron consideradas un servicio esencial durante el confinamiento y que permanecieron abiertas. Quizá esa percepción se refleja sobre todo en el que 90% de la población afirma que las ópticas son un lugar seguro frente a la Covid-19. Apoyo mayoritario al óptico optometrista en Primaria Ocho de cada diez personas creen que es positivo disponer de ópticos optometristas en los servicios públicos de Atención Primaria. El apoyo se encuentra más entre mujeres (89%) que en hombres (82%). Y a tres cuartas partes no les cabe duda de que el óptico optometrista está sobradamente preparado para realizar las pruebas pertinentes. De nuevo las mujeres (77%) son las que más proclives se muestran en este sentido. Otros A un oftalmólogo (en general) Hospital/oftalmólogo del hospital Especialista de la SS Mutua empresa (revisión) Centros de salud (SS, médico de cabecera, especialista) Oftalmólogo (seguro privado de salud) Establecimiento de óptica ¿Dónde acude habitualmente para revisar su salud? 2017 2021 40% 47% 33% 27% 20% 12% 6% 5% 3% 1% 3% 1% 2% Fuente: Libro blanco de la salud visual en España. 2022

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