IM OPTICAS nº 5

57 La hipermetropía, también llamada hiperopía, es un error refractivo que suele confundirse con la vista cansada o la presbicia. La diferencia es que la hipermetropía afecta a todas las distancias de visión, mientras que la presbicia afecta sólo a la visión de cerca, apareciendo en torno a los 40 y pocos años. Aunque todos nacemos con hipermetropía, el ojo va solucionando esta anomalía de forma natural con el crecimiento. Se dan casos de niños y adolescentes en los que esta disfunción persiste más allá de lo normal por la edad estando detrás de muchos fracasos escolares. El Consejo General de Colegio de Ópticos-Optometristas asegura que entre el 5% y el 10% de los preescolares y el 25% de los escolares presentan alteraciones visuales como puede ser la hipermetropía. Según el estudio “Prevalencia de la miopía entre los jóvenes en España” de la asociación Visión y Vida afecta a seis de cada diez jóvenes de entre 17 y 27 años en España, los llamados nativos digitales nacidos después del año 2000. Las señales se alerta son los dolores de cabeza, fruncir el ceño, evitar la actividad visual prolongada de cerca, acercarse demasiado para leer o cometer errores al copiar palabras o números. Actualmente, este es el cuarto problema de salud visual en España, tal y como señala el Libro Blanco de la Salud Visual 2019 publicado por la Sociedad Española de Optometría y otras entidades. Generalmente una persona hipermétrope ve de forma relativamente clara y definida los objetos distantes, pero su visión a distancias cortas es incómoda, en casos más extremos es borrosa, obligando a forzar la vista para compensar esta dificultad. Al leer, coser o escribir la persona con hipermetropía realiza un sobreesfuerzo visual y este causa fatiga. Observar objetos entrecerrando los ojos, tensión, dolor de cabeza, irritabilidad o enrojecimiento de los ojos, son signos característicos.

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=